miércoles, 28 de marzo de 2012

Los padres esperan.


El proyecto de reforma del Código Civil, con las correspondientes modificaciones a la Ley de adopción que pronto serán votadas en el Congreso de la Nación, debe servirnos para pensar quienes tenemos poder en los procesos judiciales filiatorios, si también tenemos algo que ver con las demoras en los tiempos de adopción, razón por la cual es necesaria una nueva ley.

La familia, que promueven fortalecer los Estados modernos, es una institución con la que todos nos relacionamos de alguna manera y, quizá, sin pensar la lógica de su funcionamiento. De la familia se espera que actúe bien. El art. 646 a) del Proyecto de Reforma del código civil, establece que “es deber de los progenitores cuidar del hijo, convivir con él, prestarle alimentos y educarlo”, y en el art. 647 “Se prohíbe el castigo corporal en cualquiera de sus formas, los malos tratos y cualquier hecho que lesione o menoscabe física o psíquicamente a los niños o adolescentes. Los progenitores pueden solicitar el auxilio de los servicios de orientación acargo de los organismos del Estado.” Estos son deberes y obligaciones de los progenitores. ¿Pero qué pasa cuando no los cumplen?


Poder soberano


Foucault investigó a través de “El poder psiquiátrico” la lógica del  poder disciplinario, surgido en tiempos del poder soberano, dando cuenta de la relación de la familia con estos, ubicando a la misma dentro de la lógica de este último tipo de poder. Según el también licenciado en psicología francés, el poder soberano tiene tres caracteristicas: “una relación de poder que liga al soberano y al súbdito según un par de relaciones asimétricas. Por un lado la sustracción, por otro, el gasto;”(1) […] “lleva la marca de una anterioridad fundadora. […] El hecho de que toda relación de soberanía se funde en una anterioridad y se reactualice a través de una serie de gestos más o menos rituales se debe a que, en cierto sentido, es intangible y está dada de una vez por todas, pero al mismo tiempo es frágil, siempre susceptible de caducidad, de ruptura.  […] para que esa relación de soberanía se mantenga efectivamente, siempre existe la necesidad de cierto complemento de violencia o cierta amenaza de violencia que está por detrás de esa relación, que la anima y la sostiene”(2). La última característica de las relaciones de soberanía, es que “no son isotópicas.”(3) “La familia, en cuanto obedece a un esquema no disciplinario, a un dispositivo de soberanía, es la bisagra, el punto de enganche absolutamente indispensable para el funcionamiento de todos los sistemas disciplinarios.”(4)
Se espera que esos progenitores cumplan con lo exigido. ¿Pero qué pasa cuando no sucede?  “Cuando la familia se hace trizas, cuando deja de cumplir su función, no tarda en introducirse – y esto se advierte con mucha claridad también en el siglo XIX - toda una serie de dispositivos disciplinarios cuyo papel consiste en mitigar sus flaquezas: aparición de las casas para niños expósitos y los orfelinatos, apertura entre 1840 y 1845 de un conjunto de hogares para delincuentes juveniles, lo que se llamará infancia en peligro”(5), nos dice Foucualt y es ahí cuando los profesionales somos convocados. “Aquí tenemos entonces, toda una suerte de trama disciplinaria, que se precipita (subrayado mío) cuando la familia falla y constituye, por consiguiente, la avanzada misma de un poder controlado por el Estado en los casos en los que ya no hay familia; pero esa avanzada […] no se hace jamás sin referencia a ella ni sin un funcionamiento cuasi familiar o pseudofamiliar.”(6) A esa precipitación, Foucault la llama “función psi”, la cual puede ser ejercida por todos aquellos que interviene en representación del Estado cuando la familia falló. ¿Hay familias que no fallan?

El cerco por la escritura.

"Lo único que tiene que hacer un padre por un hijo es esperarlo”, dijo Kafka y lo comparto, agregando que es lo mismo que tiene que hacer una madre, esperar por un hijo. La familia no es el único modo de organización social en la que han podido ser recibidos los recién llegados al mundo, pero es la que prima en nuestra cultura y la que el Estado exige. La valoración moral de la familia está plasmada en las distintas culturas y sus leyes. Haber sido dado en adopción es considerado, generalmente, una desgracia, aunque quienes vieron la película “Ser digno de ser” lo pueden considerar una salvación. A los de África se lo permiten. En la Argentina hay muchos niños esperando padres y muchos de esos niños están esperando porque hasta que este gobierno derogó la Ley de Patronato, los jueces, con sus equipos interdisciplinarios, decidieron que no tenían buenas familias, por lo tanto había que garantizarles a esos niños un buen hogar, y los mandaron a uno de esos tantos hogares que Favio nos contó que conoció en “Crónica de un niño solo”, obra que creo fue posible porque hubo en su historia alguien que actuó como el hombre de la última escena: ponerlo en el lugar de que él también podía, mientras el niño pobre deseaba un caballo que soportara el peso de andar con su cuerpo.
Se es padre o no. Se exige que haya padres. ¿Por qué entonces la barita del buen padre? Los padres deben sostener a los hijos. ¿Pero qué sostiene a los padres? Quienes tenemos poder de voz a través de informes, solicitados por un juez, sobre quiénes pueden ser padres y quienes no, podemos rechazar como futuros padres a personas que hacen o hicieron lo que tantos padres de  universitarios. Tenemos el poder de privar a un hijo de un padre, porque no es como nos parece debe ser.
Mientras se sostiene, desde la ley, la importancia de la familia, a algunos se los deja sin quien cumpla las funciones que se esperan de ella. La sociedad promueve eso. Lo importante es tenerla. Sostenerla es el peso. Un padre se sostiene solo, o eso se espera. Muchos de los que no pudieron sostenerse en el lugar de los padres esperado durante los 90, repitieron la violencia vivida, sobre sus hijos. Recuerdo año 2002 en la Villa 31 bis, una madre que me decía “le pego porque no soporto no poder darle una respuesta a su demanda insistente de qué vamos a comer. Qué vamos a desayunar, qué vamos a almorzar, qué vamos a cenar. ¡No lo soporto!”  Donde se termina la palabra, comienza la violencia y también la locura. Sabemos que no sólo los hombres les pegan a los chicos. La violencia se aplica sobre el más débil, no por género y por eso.


Los que no pudieron ser


Por eso me parece muy valioso que el proyecto enviado al Congreso en el artículo sobre los malos tratos incorpore la importancia del auxilio del Estado, para que aquellos que mal tratan a sus hijos sin desearlo, tengan un espacio donde haya lugar a su deseo. Como dijo Freud, hay quienes repiten activamente lo vivido pasivamente y, agrego,  hay quienes piden castigo por esta repetición. Muchos de esos padres a los que hoy se juzga, acertadamente, de violentos son muchos de esos chicos a los que les justificamos sus conductas violentas por su historia de vida. La violencia es un modo en el que la Historia se muestra y que no se quiere ver, y está bien que así sea, pero la respuesta no puede ser sólo punitiva. Porque si cuando la juventud  marginal actúa violentamente para adquirir aquello que considera que el corresponde, no queremos que vayan presos. ¿Por qué hay quienes piden prisión si el mismo procedimiento lo aplican sobre sus parejas? Hay quienes no pueden ser, sobre quienes  Zaffaroni nos habla: “Los seres-siendo que no pudieron seguir siendo: El ser humano (el Dasein del Heidegger de la antropología filosófica) es un ser-siendo, y los que nos interesan en nuestra materia son únicamente los seres-siendo que no pudieron seguir siendo, porque lo impidió violentamente alguien (o muchos)”(7)  ¿No será por falta de otros que esperen de nosotros, lo que se espera que esperen los padres, que pasa mucho de eso? La espera reconoce la dimensión del tiempo, historiza, dibuja un futuro deseado en el horizonte para aquel que anda por el mundo. “Qué podés esperar de estos pibes” escuché tantísimas veces en mi trabajo con jóvenes de barrios marginales. Una marca del fin de esa época es la acertada publicidad de la AUH, en las que muchos niños pudieron volver a decir “yo quiero ser” porque hay quienes sostienen esa espera.
A los profesionales el Estado nos da la posibilidad de evaluar quiénes pueden ser padres, no buenos padres. Con un mal padre se puede hacer algo. ¿Qué hacer sin padre cuando la sociedad obliga a tenerlo?
1. “El poder psiquiátrico” M. Foucault. Pág. 62.
2. Ibid. Pág.63
3. Ibid.
4.  Ibid. Pág.105
5.  Ibid. Pág. 108
6. Ibid. Pág.110
7.  La palabra de los muertos” Raúl Zaffaroni. Pág.15

viernes, 23 de marzo de 2012

Textos de Lacan



Versiones bilingües / Versions bilingues


Aquí encontrará diversos textos de Jacques Lacan en versiones bilingües preparadas por miembros de la École lacanienne de psychanalyse.

http://www.ecole-lacanienne.net/bibliotheque.php?id=17

Vous trouverez ici divers textes de Jacques Lacan dans ses versions bilangues, préparées par des membres de l'École lacanienne de psychanalyse.

Ouverture de la Section Clinique / Apertura de la Sección Clínica de Jacques Lacan - 5 janvier 1977

Conferencia de J. Lacan, pronunciada en el Museo de la ciencia y la técnica de Milán, el 3 de febrero de 1973 / Conférence donnée au Musée de la science et de la technique de Milan, le 3 février 1973

Homenaje a Lewis Carroll / Hommage rendu à Lewis Carroll - 31 décembre 1966

Los matemas del psicoanálisis / Les mathèmes de la psychanalyse - Paru dans les Lettres de l’École, 1977

Palabras sobre la histeria / Propos sur l'Hysrtérie - 26 février 1977

1977-09-25: Clôture des journées de l´École freudienne de Paris / Clausura de las jornadas de la École freudienne de Paris

jueves, 22 de marzo de 2012

Trieste: el difícil encuentro entre psicoanálisis y peronismo


Llegó correspondencia de Trieste: una pérdida. Un aporte. La muerte del compañero Rafaelle Dovena. Incansable mujeriego luchador por la reforma psiquiátrica italiana, y como buen internacionalista: cuando no entraba por doctrina, invitaba un café en algún bar porteño.  A él tampoco le entraba el psicoanálisis, como a Basaglia y tantos triestinos, según cuenta  Uno. La boca que elegí para gritarlo, como diría Wittgenstein, fue la de los lacanocookistas. Su alegría me posibilitó hacerlo, pensar, pero también reír, como él hacía. 
Acá la verdadera historia del ingreso del psicoanálisis al peronismo.  

El ingreso de Perón al psicoanálisis. ¿Freud usó a Mussolini para ello?
La culpa siempre es del padre (del paciente).

Siguiendo la bella lengua, por lealtad al significante, hoy les queremos hablar de aquel delegado del líder del que no se habla, ni se conoce mucho sus libro: Edoardo Weiss, difusor de la palabra de Freud en Italia. A precoup, en 1908, Freud se entera por Weiss del ingreso del psicoanálisis a Italia, por TRIeSTE. Ciudad líder de la desmanicomialización disputada y origen del contacto de Perón con el psicoanálisis, de donde tomó los significantes que marcaron la estructura de nuestro movimiento. Espacio siempre en disputa, “originalmente fue un asentamiento ilírico,  más tarde estuvo controlada por los carnios. Desde 177 a.C. Tergeste (Regio X Venetia et Histria) estuvo bajo poder romano (terg es un término céltico que significa mercado). Le fue concedido el estatus de colonia por Julio César, quien menciona Tergeste en sus Commentarii de bello Gallico (51 a.C.)”
La bella lengua que se repite, la más maravillosa música para Freud. Quiso el azar que un oyente y analista de esa lengua, entrara en Italia en contacto con el psicoanálisis: Juan Domingo Perón. Ante tanto tilingo gorila, que nos recuerda los contactos de nuestro líder con Mussolini, les queremos decir ¡Sí! ¡Gracias al libro que le dedicó Freud al Duce hoy somos los que somos!
Comencemos por indicar, que la historia no es como la cuentan. La versión que circula, se la debemos al alcahuete de Jones, que como todo alcahuete medio dice. Compartiremos la verdad del testigo que presenció el momento en que Freud cedió el objeto. Siempre hay que ceder, enseña el líder. Como observarán, la responsabilidad de un padre posibilitó ese encuentro.  Gracias a la serie que Oscar Masotta, Otro leal, dirigió en la editorial Gedisa, accedimos a “Problemas de la práctica psicoanalítica. Correspondencia Sigmund Freud-Edoardo Weiss”. Aquí las pruebas:

“En el año 1933 –aún vivía yo en Roma- se produjo un incidente al cual ya Ernest Jones ha aludido en su biografía de Freud. Quisiera aprovechar aquí la ocasión de rectificar algunos hechos. Tal como solía yo hacerlo de vez en cuando, había llevado de consulta a Freud, en Viena, un paciente muy enfermo. El padre del paciente nos acompañaba; era un amigo íntimo de Mussolini. Después de la consulta, el padre le pidió a Freud un regalo par Mussolini y le rogó le regalase un libro suyo con una dedicatoria. Mi turbación era grande, pues entendía que en estas circunstancias Freud no podía negarse. Se sentía obligado a acatar el pedido, tanto por mí como por la Asociación Psicoanalític Italiana. El trabajo que escogió, quizá con intención, fue Warum Krieg? (¿Por qué la guerra?) – un intercambio epistolar con Abert Einstein.
Más tarde conté a Jones este episodio y le rogué con insistencia no publicarlo.  A pesar de lo cual, la anécdota halló su camino en el tercer volumen de la biografía de Freud por Jones. La dedicatoria ha sido traducida al inglés del siguiente modo: “From an old man who greets in the ruler the Hero of Culture”. Es preciso advertir que esta dedicatoria fue escrita aludiendo a las grandes excavaciones arqueológicas que Mussolini propiciaba en aquel momento. Freud se interesaba mucho por estas excavaciones.
Gracis a los esfuerzos del secretario del “Sigmund Freud Archiv”, Dr. Kurt R. Eissler, h sido posible después de largas búsquedas hallar en los archivos centrales del estado, en Roma, el mencionado ejemplar de Warum Krieg?
El texto original es diferente del reproducido en la edición alemana de la biografía de Jones y dice literalmente “Benito Mussolini mit dem egebenen Gruss eines alten Mannes, der im Machthaber den Kulturheros erkennt. Wien, 25. April 1933 – Freud” (A Benito Mussolini, con el cortés saludo de un anciano que reconoce en el soberano al héroe cultural. Viena, 26 de abril 1933 –Freud.)[1]  

Weiss nos dió el padre que posibilitó la introducción de Perón en el psicoanálisis. Cuando Perón se fue a Italia estudiar, aquel joven militar asistió al seminario ¿Por qué la guerra?, que dictaba el Grupo de Orientación Universal (GOU), en la biblioteca del Duce. Aquel inquieto estudiante se interesó por un texto que encontró, sin buscar, en la sección libros dedicados, que Mussolini había mandado a ordenar. Einstein y la guerra en un mismo tomo, valían leer a aquel desconocido Sigmund Freud. Aquella introducción, en el que un viejo que desde el extranjero reconoce al soberano como héroe cultural, lo llevó a transformarse en un especialista en “Psicología de las masas y análisis del yo”.

“Si nos vamos a quedar con los mejores, vamos a ser poquitos”, dijo el líder del movimiento y Weiss se autorizó a salir a armar. Freud reconoció en el italiano a un representante de la representación y lo constituyó como su delegado en el exilio. Weiss podía a hacerle decir al líder lo que quisiera. Recordemos que esto sucedía, mientras dentro del movimiento psicoanalítico, confrontaban dos posiciones: una, que prefería operar en espacios reducidos, y la otra, que era la de Freud, que proponía un diálogo abierto, público, recuperar el ágora.
La siguiente carta lo evidencia.

 “7-7-1935
Viena XI, Berggasse 19 XIX, Strassergasse 47
Querido doctor
También pienso  que ha hecho usted bien en consultar al ministro y espero que su iniciativa tenga resultados favorables. Espero que me comunique lo que ocurra.
No se haga problemas con las observaciones de Hitschmann sobre la agorafobia, exorcizadas desde un remoto pasado. Utilice, sin citarme, lo que le pueda servir, y deje el resto de lado. Ya no sé si he dicho realmente estas cosas, y tampoco concuerdo ya hoy con todas.
Fragmentos de discusión no publicados no obligan a nada. Le deseo mucho placer en la hermosa Viareggio, donde una vez pasé también una temporada de baños y pescaba cangrejos.
Cordialmente.
Suyo, Freud.”[2]

La lealtad al significante de este hombre, Freud, Weiss y Masotta, permite que podamos acceder a esta clase magistral de conducción política, que evidentemente Perón ubicó en la dedicatoria.  Esta carta demuestra cómo crece fuerte un movimiento: con un líder que diga una cosa y otra y según el día o el momento, está de acuerdo con unos u otros, porque lo importante es cómo actúa. Un líder que se ofrece como objeto de goce, “utilice de mí lo que pueda servirle y deje el resto de lado”. ¡Todo no! La sólida raíz del no todo movimentista.
Vemos cómo Freud responde a las versiones que circulan: “Fragmentos de discusión no publicados no obligan a nada.” El conductor del movimiento del que formamos parte, nos enseña que lo que cuenta es la marca de la letra, de ahí la importancia de las veinte verdades del lacanocookismo. La carta muestra el rasgo del primer trabajador, el primero que opera o rasgo unario.
Era difícil publicar textos sobre psicoanálisis, para Weiss, por eso la alegría de Freud al enterarse que lo había conseguido, así poder difundir la palabra del movimiento. Freud era el primero en querer sumar, de ahí el más uno, al que tenía más cerca o les quitaba algo que aporte a la causa. De sus hijos los escritos sobre la guerra. A Anna la reconoció como psicoanalista.

“1-XI-1935
Viena XI, Berggasse 19

Querido doctor

Me alegro de que usted me pudiese dar mejores noticias sobre el futuro de sus publicaciones. En cuanto al análisis de su prometedor hijo, es sin duda un asunto delicado. Con un hermano menor sería más fácil, con la hija propia me ha salido bien, con un hijo merece reflexión.
No es que quiera advertirle directamente de un peligro; todo depende evidentemente de las dos personas y de su relación recíproca. Usted conoce las dificultades. No me asombraría que usted tuviese éxito a pesar de todo. Es una decisión difícil para un extraño. No se lo aconsejaría, y no tengo el derecho de prohibírselo.
Con un cordial saludo
Suyo, Freud”


De esta manera, queremos cerrar por hoy, aunque quizá publiquemos en unos minutos otra cosa, las discusiones sobre a quién sí y a quién no podemos hacer acceder a la verdad. Se puede sumar hermanos, hijas e hijos, si se desea. A sumar y construir, a no quedarse con los mejores, porque no traen a nadie.


[1] “Problemas de la práctica psicoanalítica. Correspondencia Sigmund Freud-Edoardo Weiss”. Ed. Gedisa. 1979. P-39 y p 40
[2] Idem. P 102

sábado, 3 de marzo de 2012

Alfredo Kraut y los derechos de los pacientes

A continuación, una nota de Alfredo Kraut, Secretario General de la Corte Suprema de Justicia, del año 2004, pero que, tristemente, está llena de actualidad.

"No basta con refaccionar instituciones de encierro. Existen una ley y un decreto, casi desconocidos y menos aplicados, que alientan una verdadera defensa de los derechos humanos de los asistidos.
Alfredo Kraut DOCENTE FACULTAD DE DERECHO, UBA
Clarín

28.07.2004

Pocos meses atrás, la prensa informó que "por primera vez en veinte años", el Gobierno de la Ciudad disponía de un plan para refaccionar sus institutos mentales (Moyano, Borda, Alvear y Tobar García). La financiación de las obras —por 26,3 millones de pesos— estaría apoyada por el BID (Clarín, 30/12/03).
En lo inmediato, es preciso mejorar las condiciones de hospitalización de los pacientes mentales. Sin embargo, con tal mejora, el Estado sólo parece empeñarse en fortalecer el hospitalismo, patética condición descalificada por científicos y expertos. Entonces, ya mismo, en la Ciudad de Buenos Aires habría que iniciar el paralelo cumplimiento de la Ley local Nø 448, cuyas normas generales y reglamentación van justamente en sentido contrario, hacia la deshospitalización.
Dice la Constitución de la Ciudad: "Las políticas de salud mental reconocerán la singularidad de los asistidos por su malestar psíquico y su condición de sujetos de derecho, garantizando su atención en los establecimientos estatales. No tienen como fin el control social, y erradican el castigo; propenden a la desinstitucionalización progresiva, creando una red de servicios y de protección social".
Por añadidura, la Ley de Salud Mental Nø 448 (julio de 2000), inscripta en los lineamientos constitucionales y en la Ley básica de Salud (Nø 153), define los derechos humanos y las garantías de las personas asistidas, oponiéndolos tanto a los matices discriminatorios como a la estigmatización y/o exclusión de personas por la sola falta de su padecimiento psíquico.
Fundamentalmente, la Ley 448 (cuyo decreto reglamentario suscribió el jefe de Gobierno el 22/04/04) tiende a alentar la desinstitucionalización, la rehabilitación y la reinserción social de los pacientes. Se orienta a implantar un sistema de prevención, promoción y protección de la salud mental, propone transformar el actual modelo hospitalocéntrico y favorecer iniciativas que tiendan a prácticas comunitarias (libertad con dignidad). Asimismo, integra a los profesionales en equipos multidisciplinarios de salud mental, equiparando los títulos de grado en iguales jerarquías (competencias) sin desconocer los saberes específicos (incumbencias).
Pero ley y decreto son aún desconocidos por la mayoría de los profesionales, la comunidad y, especialmente, los usuarios.
Entre tanto, miles de pacientes mentales siguen aguardando, pasiva y estoicamente. Ellos se cuentan entre las personas más desvalidas, que por añadidura enfrentan la discriminación. Por lo común, estos pacientes no son hábiles por sí mismos para luchar por lo que la ley ya les reconoce. Esto conduce a que se violen sus derechos humanos —en especial si se trata de pacientes pobres—, sin que los responsables sean sancionados.
Las personas con problemas mentales parecieran carecer de importancia política, y en la puja por obtener tiempo y recursos, luchan —en desventaja— con otros problemas acuciantes. Incentivan su desamparo los intereses que se benefician con el negocio de la locura, algunos claramente ilíci tos. Está demostrado, sin embargo, que el costo de cada cama en el sistema público hospitalario es muy elevado, más de lo que insume una correcta atención extrahospitalaria en la comunidad.
Todos involucrados
La OMS preconiza la urgencia de proveer a la salud mental de la mejor atención y de entornos comunitarios. E insiste en que se trata de un tema intersectorial que involucra no sólo a los profesionales sino a los familiares, educadores, empleadores, gente de los servicios sociales y la justicia penal.
El derecho clásico vigente sólo protege al enfermo mental con patrimonio. ¿Tienen derechos humanos los locos pobres? En la práctica, evidentemente, no. Actualmente la reclusión forzosa es un mero trámite administrativo que dispone una internación civil involuntaria de personas que no han cometido ningún delito y que, luego de hospitalizadas, la sociedad olvida.
Ante esta realidad, la OMS afirma la imprescindibilidad de una ley marco que proteja los derechos humanos de los pacientes y que provea de estándares a las legislaciones provinciales o locales. Las consultas y negociaciones para el cambio importan no sólo al proyectar la legislación, sino también para su cumplimiento, lue go de ser aprobada.
Nuestro país carece de tal ley modelo. Sin embargo, algunas provincias —entre otras San Luis, Río Negro, Mendoza—, desde diferentes enfoques teóricos muestran el intento de transformar un sistema basado en el papel hegemónico del hospital psiquiátrico (manicomio).
Muchos manicomios judiciales ("locos delincuentes") son depósitos de abandonados por sus familias, los propios jueces y otros funcionarios. Reciben sólo fármacos, no tratamiento. La gran mayoría están encerrados porque los magistrados dispusieron —frecuentemente de manera burocrática— que son "peligrosos" (situación de escasa ocurrencia, pero que influye negativamente en las normativas).
Así, los destinatarios de la tutela, personas afectadas por problemas mentales, incapaces de piquetear, son ignorados. Para los más, no existen. Y ahora, en lugar de tender a desinstitucioanalizarlos, se contraen deudas estatales para "mejorar ediliciamente" instituciones que evocan encierro, maltrato, desesperanza. Cabría, empero, preguntarse si el Gobierno no temerá el costo político que implica impulsar verdaderas prácticas comunitarias —pacientes mentales en en el vecindario— ante los mitos sobre los males mentales.
Es el motivo para defender el cumplimiento de la Ley 448. Su derogación o declaración de inconstitucionalidad significaría un amargo retroceso"