sábado, 30 de julio de 2011

Ladran no sólo los perros.

“Ladran Sancho, señal de que son perros” Cristina Fernández.

Vienen a mi mente aquellas propagandas de los años 70 que decían “si tiene cuatro patas, pelo, mueva la cola y ladra, es un perro”, y continuaba, “si tiene sotana, habla de los pobres, de la injusticia social y la opresión, es un comunista”. Una burda definición, pero una efectiva práctica de objetivación. No todos los que hablaban de los pobres, de la injusticia social o la opresión, eran o son rojos. Pero había un claro mecanismo de identificar a quiénes eran los perros y quiénes los comunistas. A los que estaban en la política como causa de todos los males. En política, referirse sin nombrar es una valiosa herramienta. Nominar erróneamente tiene consecuencias.

El resultado de las últimas elecciones nos debería obligar a realizar un análisis de cuál fue el mecanismo utilizado para ganarnos, antes que centrarnos, como tanto no perro anda ladrando, en una autocrítica como explicación de la derrota. Se hace con lo que se tiene. Poner el acento en el perdedor, en este momento, es equivocar el objetivo, nos lleva a infructíferas confrontaciones internas y no lo comparto. Principalmente, porque es lo que piden los que ganaron, negándose poderosos, buscando quebrarnos moralmente. No se ganaba con Boudou, Cristina lo sacó, no participó de los actos de campaña. Hay que analizar quiénes y cómo ganaron. El pelado francés, no el afrancesado, siguiendo a Clausewitz dijo que “la política es la continuación de la guerra por otros medios” y en esos términos debemos pensarlo. Qué ejercito es mayor, con qué armas cuenta cada uno, cual tiene mayor fuerza. Evidentemente Duran “Chespirito” Barba realizó un diagnóstico certero y lo utilizó, con sus métodos. No podríamos haber hecho lo mismo, como mucho k anda ladrando, porque no teníamos con qué.

La reaparición pública del valor de lo no político, en un acto de campaña, demuestra que sigue teniendo lugar ese discurso en muchos ciudadanos. El 36% de los santafecinos votó por un candidato que ladró, porque ese si es un perro, “me dicen que no tengo experiencia en política, pero miren lo que hicieron los que tienen experiencia”. La demonización de la política, para colmo, en un bunker partidario. Aunque hoy la política ocupa un lugar que no tenía desde hace muchos años, gracias al kirchnerismo que la metió en el centro de la escena, con las consecuencias que eso tiene, no se acepta ampliamente a la confrontación de intereses como núcleo de la misma. Aún se escucha “la política es una mierda”, “no ideologicen el tema”, “lo están politizando” ¡Los perros que nos han metido! Para poder sumar, fortalecernos, debemos comenzar a comprender cómo funcionó ese sistema a inyección, de identificadores de perros, de metida de canes, que hoy tiene a mucho gato ladrando.

La frase de Cristina es perfecta. Ella sabe reconocerlos. Pero debemos reconocer también, que hay mucho no perro que metimos en la jauría, o así se sienten, y en política hay que escuchar a los tuyos cuando se sienten acusados injustamente. ¿O pensamos quedarnos sólo con los mejores?

Debemos reconocer, muchos que defendemos al gobierno nacional, que en más de una discusión nos han ladrado “no soy perro”. Difícil sumar nominando erróneamente. Tampoco perdimos por eso. La política no es binaria. Nunca somos muchos. Pero ladran, les metieron el perro.

Fueron muchos años de un discurso en el que nos decían que los que están en política no piensan más que en sus intereses, los cuales nunca son colectivos. Años en que se justificó por la patria la intervención de extra partidarios, “porque ya vimos lo que hacen los políticos”, y por la patria llovieron bombas, se sacaron gobiernos, se cortaron rutas sin atentar contra el derecho a la circulación, intervinieron las FFAA (Federación de Fuerzas Agrarias Armadas). Ese mismo discurso, que llama a que se metan en la política quienes no han sido dirigentes, pero cuando los que se meten se parecen a nosotros son de militares nazis, putas, autoritarios, enfermas mentales, indios chimpancé, sindicalistas borrachos, negros sindicalistas, los nuestros no son curas, son comunistas o son curas promiscuos. Diarios, radios y televisión poniendo el acento sobre los representantes de los trabajadores como responsables de la difícil situación económica, responsables de la inflación que equivale a menos plata en el bolsillo de los trabajadores, una contradicción con un sentido claro: los trabajadores son el enemigo. Cientos de voces, de afuera y dentro de los partidos políticos, que responsabilizaron, responsabilizan a quienes padecieron los efectos de ese orden impuesto, por la inseguridad y la libre circulación de los ciudadanos, por el estado de los hospitales. Años de medios, que se transformaron en multimedios a la orden, marcando línea de quién está de un lado y quién del otro, dejando a tantos afuera, estableciéndose como órgano de contralor que velaba por los intereses de la ciudadanía. Porque la jauría no está compuesta solamente de dirigentes políticos, pero sí de quienes participan para transformar una situación acorde a sus intereses. Es también el discurso de ese amo que ordena a tanto perro. Un discurso que se monta también, repitiendo en ladridos, sobre las problemáticas de los que menos tienen. Los perros dicen “que los de provincia no se tiene que atender en capital”, y los que menos tienen encuentran en ese ruido una respuesta a sus necesidades, por lo que viven. Porque a las cinco de la mañana, en una cola por un turno a tres meses en un hospital, querés que sea más corta. Todos creemos que estamos antes que otros para algo. Y el de adelante también, así que empezamos con el derecho de piso, quién está desde antes que el otro llegue. Cuando son atendidos los ladrados, los mordidos, se encuentran con los médicos, que en su mayoría, recetan lo mismo. Quien recorre los pasillos del necesitado Garraham conocerá el voto mayoritario de los profesionales, de los cuales no pongo en duda su accionar. La medicina objetiva.

¿Qué nos queda a nosotros? Pelear también en ese campo, en el del discurso. Otro discurso. Meter mucha palabra. Ellos tienen una herramienta poderosísima, nosotros debemos poner el cuerpo, conscientes que la lucha será muy larga, que no perdimos por nuestras debilidades, sino por el poder de ellos, pero discutiendo en cada lugar que estemos, sin decirle perro a quienes queremos sumar, y sin metérselos tampoco. Ya sabemos a dónde lleva eso. Describir a los perros, sin nombrarlos, sabiendo que algunos mueven la cola contentos de que tienen la panza muy llena, pero te gruñen si les querés tocar el plato. Como casi todos. Se los ve estirar la patita para que los lleven a pasear por China un ratito, a juntar algunos huesos. Pero son obedientes a un amo, que les ha dejado bien curtido el lomo, que les enseñó que es: mayor beneficio al menor costo. Difícil cortar con eso. Buscar el mayor beneficio al menor costo no es cualidad de unos pocos, sino de la mayoría. La mayoría de los que han obtenido mayores beneficios, razona que no se hizo más que lo que correspondía, lo cual es cierto, así como también que no todos hacen lo que corresponde y eso debemos marcarlo. Se trata de establecer prioridades. Se trata de política. Una cuestión de tiempos, cuando el objetivo es compartido.

Ladran Sancho, señal de que cabalgamos, pero no lo hacen sólo los perros, sino algunos de los nuestros.

miércoles, 27 de julio de 2011

Nosotros ya lo hicimos, ahora les toca a ustedes.

Todos juntos lo podemos sacar. A ustedes no les gusta, como a nosotros. Pero tampoco les gustamos del todo, o siquiera les gustamos. Pero tenemos algo en común, no lo votamos. Le pedimos que vuelvan a hacer lo mismo, no votarlo. Los llamamos a la unidad, cómo tantas veces hicieran ustedes. Cumplamos. Hagamos lo mismo. No lo votemos. Para que se vaya, hay que votar a Filmus.

..
Santiago Gómez

viernes, 15 de julio de 2011

La denuncia por el parador “La Boquita” llegó a la justicia | Tiempo Argentino

La denuncia por el parador “La Boquita” llegó a la justicia | Tiempo Argentino

Publicado el 15 de Julio de 2011

El parador “La Boquita” cerró sus puertas del turno diurno luego de la denuncia consignada el domingo en Tiempo Argentino. Un grupo de jóvenes afirmó que efectivos de la Policía Metropolitana los golpearon y exhibieron un arma de fuego en momentos en que querían ingresar al establecimiento, por una orden que habría dado desde adentro del lugar Andrea Bruzos Bouchet, coordinadora del programa Atención de la Niñez, Adolescencia en situación de Vulnerabilidad Social que depende de la Dirección General de Niñez y Adolescencia.
Santiago Gómez es uno de los diez operarios que tampoco pueden ingresar al hogar ubicado en Pedro de Mendoza y California. El psicólogo fue quien hizo la denuncia en la Cámara Criminal y Correccional de la Ciudad. El juzgado interviniente, por sorteo, es el Nº 6, que depende del juez Eduardo Fernández, y la fiscalía que investigará es la Nº 7. Cabe recordar que los hechos comenzaron el pasado jueves cuando, según denunciaron los testigos, Bruzos Bouchet se presentó en el lugar, amenazó con cerrarlo y le tomó los datos a todos los chicos. Esa información sería utilizada por efectivos de la Metropolitana esa misma noche para interrogarlos. Horas más tarde, se produjo la golpiza que habría terminado con un menor herido y algunas mujeres, también menores, golpeadas. Los jóvenes denunciaron, además, que pueden reconocer a efectivos de la policía de la ciudad porque participaron en la disuelta UCEP. Vanesa Siley, representante del ministerio público de defensa del Poder Judicial de la Ciudad, afirmó que este es un caso de “represión sobre la carencia de la población más vulnerable”, pero destacó que por las características de los hechos se necesita la declaración de los jóvenes para poder iniciar la investigación. <