jueves, 21 de agosto de 2008

Se aclara: quieren más

Desde que la Sociedad Rural, CARBAP y CONIAGRO consiguieron lo que querían,una baja en las retenciones, el tema del campo parece que va desapareciendo del espacio mediático con el peso que tenía semanas atrás. Solo aparecen Buzzi y De Angelis. ¿Y el resto? Cierto que lo he visto a Miguens en una reunión de empresarios junto a Joe Martínez de Hoz, Aleman, Braquier, y para qué seguir nombrando.
Aparecen en los diarios los dirigentes de la Federación Agraria diciendo que el tema del campo no está solucionado, porque los insumos suben, que ellos pierden. Pregunto ¿Si con la resolución 125 ganaban un 10% más que ahora, por qué se opusieron? ¿No esperaban que una vez que el 20% de la concentración agraria, que tiene el 80% de los campos, se abriera cuando consiguieran la derogación del proyecto de ley, que se sirvió del 80% del sector del campo que solo tiene el 20%? De Angelis y sus compañeros pusieron el cuerpito en la ruta para que ganen los otros. ¿Qué esperaban? Miguens y Llambías lo dijeron muy clarito: tienen que poner a representanes de su sector en el congreso, como en Estados Unidos. Aunque hay que reconocer que a Urquía, uno de los diez agroexportadores más ricos del país lo llevó Cristina Fernández al congreso.

El punto es que los dirigentes de FA salen a decir que el problema son los insumos porque aumentaron. ¿Cuánto? ¿Por qué no demuestran con datos que hubo un aumento y el volumen del mismo, en caso de que hubiera ocurrido efectivamente? ¿Cómo es que aumentaron los insumos si el precio del dólar está estable? ¿Quién fija los precios de los insumos? ¿Cómo se les ocurre a ellos que habría que frenar el aumento de los precios?
Queda claro acá que no piden frenar el aumento de los precios, sino que piden ganar más. ¿Pero que ellos ganen más implica que los insumos, en caso de que realmente hayan aumentado, dejarán de subir?´Vayamos al supuesto de que les bajan las retenciones, que no es más que un considerable aumento de sus ganancias, a las cuales no se acerca más del 50% de la población. Si en seis meses dicen que subió otro insumo ¿Se bajan las retenciones de nuevo, sino otra vez comienzan los cortes? ¿Y para qué quieren ganar más? ¡Ah! Seguro que para blanquear a los trabajadores que tienen en negro, aunque De Angelis el trabajo en negro lo justificó, él, el defensor de los trabajadores y los más perjudicados.

Considero que han quedado más que claro luego de todo este conflicto ciertas cosas: el poder de los medios de comunicación, ya que durante el fin de los noventa y principios de esta década, el sector más desprotegido y perjudicado de la sociedad se organizó, cortó rutas, nunca en un lapso mayor a las 24hs, y no consiguió ni la mitad que los muchachos del campo, sino que además se llevaron causas judiciales por impedir la libre circulación, además de ser tratados de criminales y delincuentes por los medios de comunicación. Queda claro que la política de alianzas con cierto sector de la sociedad, siempre va en perjuicio de las mayorías, y hasta de los que se asociaron -tanto para las alizansas del gobierno como las de la Federación Agraria-, porque no va a faltar mucho para que cierto sector de la FA les reclame a Buzzi y demás que les convenía, económicamente la 125. Pero, esto no es un problema de plata. Es un problema de clase. Les da miedo ver al morochaje vivir mejor. Porque después van a ir por más.

jueves, 14 de agosto de 2008

Construir en Comunidad

(El presente texto es el que elaboré para leer en el 1° Encuentro Marplatense "Las personas con padecimiento psíquico en la comunidad", al que me han invitado para participar como panelista en la mesa "Modelos de inclusión Comunitaria" )

Primero que nada quiero agradecer a los organizadores del congreso la posibilidad de estar presente, y particularmente a la Dra. María Graciela Iglesias, quien a partir de un rico y fructífero intercambio de ideas y concepciones, respecto a la problemática que nos convoca, me invitó a estar aquí.

Es más que interesante el título que han puesto a la mesa. Vayamos a desmenuzarlo: Modelos de Inclusión Comunitaria. Primero se plantea que hay distintos modelos de inclusión. Es decir, distintos caminos. Perdónenme esta obviedad pero hay cosas que de tan visibles, se olvida su presencia. Se supondría que habríamos de hablar de distintos modos de inclusión comunitaria. ¿Para incluir a quién? ¿Quiénes son los excluidos? ¿Existe gente que no esté incluida en la comunidad? Supongamos que la respuesta es afirmativa. ¿Incluirlos dónde? ¿Desde qué lugar los vamos a incluir? ¿Quieren los supuestos excluidos ser incluidos en eso a lo que queremos incluirlos? ¿Y si de lo que se trata es de cambiar los modelos y construir otros en comunidad? Al ser en comunidad tenemos que tener en cuenta la dimensión espacio temporal. Por lo que tenemos que considerar con qué recursos contamos en esos espacios, que cada uno tendrá sus particularidades, y no podemos pensar un espacio sin tiempo, por lo que tenemos que considerar los distintos tiempos que cada lugar tiene para el desarrollo y la construcción colectiva.
"Frecuente es hablar de rehabilitación, resocialización. Nunca me gustaron ninguno de los dos términos. Porque socializados están, es la sociedad o la comunidad, la que le brinda esos espacios, el problema es qué lugares le da la sociedad a los "locos" y qué se espera de ellos mientras ahí habiten. Y cuando digo la sociedad entramos todos, como ciudadanos, como profesionales, como funcionarios, en cada uno de los distintos lugares que nos posicionemos. Qué pasa con los lazos sociales, con los vínculos, ese para mí es la cuestión porque considero que la locura se da en el lazo social y ahí debe buscarse "la cura"", que no me gusta esta palabra, pero en escrito lleva comillas.
La mayoría de las personas que estamos aquí estamos interesados, trabajando, estudiando o investigando sobre esto que llamamos desmanicomialización. Es decir, cómo hacemos para trabajar con las personas que están internadas en hospicios psiquiátricos, cómo hacemos para externarlos, como hacemos para acompañar nuevamente una vida fuera de los muros físicos del manicomio, los más débiles, porque los muros más fuertes del manicomio están en nuestras cabezas y son con los que nos chocamos todos los días a la hora de pensar nuestro trabajo. Pero a mí me preocupa mucho más el trato manicomial fuera del hospicio.
"Un trato manicomial puede darse también por fuera del hospicio. Un trato manicomial es pensar en seres y no en sujetos: ser psicótico, ser esquizofrénico, ser histérico, ser depresivo. Después, se llama Ramón o Josefina. El problema está en el interior de ese sujeto. Son tratos que no soportan lo ruidoso; la explicación de las conductas por el ser, se exige la quietud: no escuchar, no dar lugar a la palabra; la persona se comporta así porque "es". Existe mucha comprensión por parte de los profesionales en función de lo que el librito dice. Creo que un diagnóstico no dice nada, pocas cosas dicen menos que un diagnóstico. Dice más del que habla que de aquel sobre el que se habla. Soportar el no-todo es parte de la desmanicomialización, de esas zonas borrosas e indefinidas. Soportar el no saber, no precipitarnos en las intervenciones. Debemos generar espacios para escuchar la historia de cada sujeto que quiera testimoniar. Como dice Francoise Davoine: "El loco muestra lo que no puede decir. Lo muestra exagerándolo y busca desesperadamente a otro que reconozca la parte de verdad que hay en lo que muestra."
El discurso generalizado de la sociedad plantea que, en la psicosis, algo falta: que a los psicóticos algo les falta, aunque más no sea la cordura. El discurso de la universidad no es ajeno a esto, y muchas veces los profesionales "psi" piensan la psicosis como anormal –y esto es normativizador– porque "algo falta". Si falta ahí, ¿dónde está completo? Y no, no falta nada. Porque la falta es una cuestión de derecho, no de hecho. La cuestión es con qué material cada sujeto arma y sostiene sus respuestas. Para eso tenemos que historizarlo, Y, también, historiar la locura."
Todo ser humano tiene que tener Derecho a la locura. Tiene que ser un derecho más. Hay acontecimientos de la vida que enloquecen y tenemos que dar lugar a esos episodios, porque no son más que acontecimientos en un derrotero histórico.
El punto es que nosotros damos por descontado el manicomio y es lógico para todos aquellos que vivimos en ciudades grandes, pero para los que no tienen un manicomio cerca no. Siempre pensamos cómo hacemos de ahí para afuera. ¿Pero si ponemos el ojo afuera? La mayoría de los habitantes de la Argentina no cuentan con un neuropsiquiátrico cerca de su domicilio. No en todos los pueblos hay un manicomio y sí hay locos. Sabemos que son muchos más los locos que está afuera que adentro. ¿Y cómo se las arreglan ellos con la locura? ¿Cómo se arreglan las comunidades sin manicomio con la locura? Se me ocurre pensar en algunas de las tantas comunidades que viven en nuestro territorio. ¿La llaman locura? ¿Cómo la piensan? Buscando y pensando sobre qué iba a decir hoy, me encontré con tu texto de un psicoanalista mejicano, Luis Tamayo, que en su texto "El oficio del loco" cuenta que :
"A comienzo de los años 80, conversando con el Dr. Kishida Shu, quien era profesor de la Universidad de Tokio, le indicó que antes de la llegada de los europeos a las playas niponas no existían en su país ni esquizofrénicos ni paranoicos. El comentario no pudo dejar de llamar su atención dado que conocía perfectamente las estadísticas que ubican a tales trastornos en un porcentaje fijo e independiente de cualquier variable geográfica o racial. La explicación que le ofreció a continuación le permitió entenderlo: el Japón antiguo era sintoísta, y para esa concepción del mundo existen múltiples dioses, millones de dioses. Podía haber un dios piedra, un dios árbol, etc. Por ello si alguien afirmase ser una piedra o que el refrigerador le hablaba, no tenía nada de extraño, pues era plausible que fueran los dioses propios de tales entidades quienes lo hubiesen poseído o quiénes se comunicasen con él.
Pensemos señores que no hace mucho que nosotros hemos aparecido en la historia, y locura y comunidades hay desde mucho antes que nosotros llegáramos. ¿Y cómo se las arreglaban? Tenemos que llevar a fondo la discusión sobre los distintos tipos de discursos que hay sobre la locura y qué lugar se le da en los mismos a los locos.

La desmanicomialización.

Celebro que cada vez se está instalando más la problemática de la desmanicomialización, pero tenemos que empezar a analizar cuáles son los distintos obstáculos con los que nos encontramos para que esto efectivamente pueda llevarse a cabo.
Por lo que venimos hablando hasta aquí, considero que tendríamos dos problemas: 1) Cómo acompañamos a que se les de otro lugar en la comunidad, y digo acompañar, no guiar; 2) Cómo evitar futuras "exclusiones" y es aquí donde tenemos que hacer un trabajo en el campo de lo cultural, del análisis de los discursos y no me es posible pensar esto sin un trabajo de militancia junto a la comunidad. Tenemos que incluir a la comunidad en este problema, que celebro poco a poco tome tal tamaño que solito salga del campo de la salud mental, por su propia fuerza.
Creo que la estrategia que debemos adoptar es sacar esta problemática del campo de la salud mental. Esto no es un problema que tienen que resolver los especialista sino que tenemos que hacer de esto un problema de todos. Que tácticamente nos convenga empezar por estos lados, no quiere decir que en ese campo debamos permanecer. El trato manicomial a salido de los espacios asilares ya hace muchos años. Y ese mismo tipo de relación social se repite en otros espacios.

Problemática de recursos

"El peor mal que padece el mundo no es la fuerza de los malos, sino la debilidad de los mejores" Romain Rolland

Un problema que se plantea frecuentemente para justificar el por qué no se concreta lo que buscamos es el de los recursos. La falta de recursos.
Se plantea la necesidad de una ley de salud mental en la provincia y otra a nivel nacional. Buenísimo, todo lo que sume se celebra. ¿Pero para qué? Podemos tomar como ejemplo la ley de la ciudad de buenos aires. ¿Y? Quién exige hacerla cumplir. Cuántos son los que se movilizan para que la misma se haga efectiva. Lo que demuestra que sin un ejercicio ciudadano la ley es letra muerta. Y tenemos leyes hoy para proteger a nuestros vecinos que son internados: la Constitución Nacional y todos los convenios internacionales a los cuales hemos adherido en el año 1994.
Considero que es un problema, pero el menor problema a mi criterio, la falta de recursos económicos. Lo que faltan son profesionales con otra clase de recursos simbólicos. No son la mayoría de los profesionales los que están interesados en esto y a nosotros en Moreno esto también nos pasa. Es la triste verdad. Pero por lo menos ya empezamos. Una de las cosas que a nosotros nos ha servido mucho es hacer con lo que tenemos. Ir construyendo desde ahí, no paralizarnos por lo que falta.
Desde Moreno venimos realizando desde hace cinco años un convenio con el Hospital Cabred en el cual aquellos vecinos de Moreno que tuvieron una internación continúan el tratamiento ambulatorio en Moreno, porque ese es su lugar de pertenencia, donde están sus vínculos, no a lo Macri los de provincia se atienden en provincia.
Acá quiero hacer un llamado de atención. En los últimos meses el Ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, el Dr. Zin ha echado a la anterior conducción del Hospital Cabred, Open Door, quienes llevaron a cabo junto con los municipios el Programa de Reforma Cabred. Esperemos que la política de desmanicomialización continúe, aunque observo con preocupación cuál ha sido la posición del CICOP de Luján y ATE Luján. Esto da cuenta de las distintas complejidades que lleva introducir cambios profundos. Que bien vale decir, declararon persona no grata a Leo Zavataro y a Daniel Frankel, pero no a los distintos profesionales y enfermeros que comenten las atrocidades.
Voy a contarles, entre muchas otras cosas que nos sucedieron, lo que hemos podido investigar desde que trabajamos con los vecinos que estuvieron internados: la baja considerable en la medicación una vez que están afuera. Y no digo en lapsos muy largos, estamos hablando de dos o tres meses. Lo cual demuestra, para aquellos que les preocupa pensar en costos a la hora de pensar la salud, que sale mucho más barato que los ciudadanos que padecieron una internación estén en su comunidad de origen que en un hospital.
Entonces nos damos cuenta de que no solo es un problema de plata. Una persona internada en el Borda cuesta 3000 pesos por mes. ¿Cuánto sale el alquiler de una casa más la medicación? ¿Cuántos de los profesionales de los hospitales sostiene y comparten los principios políticos de Basaglia sobre la desmanicomialización?
Esto es un problema político y de ese modo tenemos que abordarlo.
Para finalizar quiero decirles unas palabras sobre lo que venimos desarrollando en Moreno, no me dediqué exclusivamente a hablar sobre nuestra experiencia porque mañana estará el Lic. Gutman, Director de Salud Mental de Moreno testimoniando sobre eso.
En Moreno venimos desarrollando distintos espacios para trabajar la problemática de la locura de nuestros vecinos y la nuestra, porque como dijo una vez una AC "nosotros no hacemos cosas con locos, hacemos cosas de locos": contamos con una casa donde viven cuatro vecinos que fueron externados de Open Door, armamos un Centro de Día, inventamos un equipo de ACSM, equipo del que soy integrante, en el cual capacitamos a vecinos de Moreno para que acompañen a otros vecinos que estén en tratamiento psiquiátrico, psicológico o que necesiten que alguien los acompañe por el momento que está atravesando, tenemos una red de psicólogos distribuida en las distintas unidades sanitarias de Moreno, que son 33 y con estos dispositivos vamos trabajando.
Y con los recursos que teníamos fuimos armando lo que pudimos. En el caso de las Acompañantes Comunitarias, ellas trabajan con los recursos que hay en la comunidad.
El trabajo apunta al fortalecimiento de los lazos sociales en sus comunidades de origen, es así que trabajamos con las distintas instituciones que hay en los barrios de los vecinos, es por esto que los ACSM hacen un relevamiento de las distintas instituciones que hay en el barrio para poder enlazar a estos sujetos. Si a uno le gusta tejer, buscar si en el barrio hay grupos de tejido, al que le gusta otra cosa, buscarlo. Buscar espacios donde este sujeto pueda ser alojado.
Trabajamos con las familias en los lugares de pertenencia de cada sujeto.
Nosotros no contamos con camas para internación, y esos obstáculos muchas veces para nosotros nos beneficiaron porque nos obligaron a crear. Y la creación tiene que ver con el deseo que cada uno de nosotros pone en esto. Tener que pensar cómo hacemos con un vecino en un episodio de crisis. Porque los vecinos nunca vienen solo, son ellos más los hijos, más los vecinos del que se brotó que piden que lo saquemos. Y con ellos tenemos que trabajar. Cama muchas veces no hay. Tenemos un problema. Bueno ¿A ver con qué contamos? Y con eso hacemos lo que podemos.
Repreguntémosnos qué es la locura para nosotros y en función de cómo la pensemos vamos a pensar las modalidades diferentes de trabajo. Porque quiero insistir con esto, muchas veces las internaciones no son tanto por criterio médico, y reconozcamos esto de una vez, sino por el temor de los profesionales a una denuncia, porque esta cuestión de "bajo apercibimiento"

Para cerrar quiero hacer un solo interrogante y leerles un texto que bien tiene que ver con esto que estamos hablando.
Mi pregunta, llena de dolor por haber trabajado durante un muy corto tiempo en un neuropsiquiátrico es: ¿Cómo es posible que una persona que se formó para, en teoría aliviar el sufrimiento o el dolor de un sujeto, dentro del campo de la salud, legitime los maltratos y las aberraciones a los que los internos son sometidos?


"Si un individuo produce a otro un daño físico tal, que el golpe le causa la muerte, llamamos a eso homicidio: si el autor supiera de antemano, que el daño va a ser mortal, llamaremos a su acción asesinato premeditado. Pero si la sociedad reduce a centenares de proletarios a un estado tal que, necesariamente, caen víctimas de una muerte prematura y antinatural, de una muerte tan violenta como la muerte por medio de la espada y de la maza; si impide a millares de individuos las condiciones necesarias para la vida, si los coloca en un estado tal que no pueden vivir, si los constriñe, con el brazo fuerte de la ley, a permanecer en tal estado hasta la muerte, muerte que debe ser la consecuencia de ese estado: si esa sociedad sabe, y lo sabe muy bien, que esos millares de individuos deben caer víctimas de tales condiciones y, sin embargo, deja que perdure tal estado de las cosas, ello constituye, justamente, un asesinato premeditado, como la acción del individuo, solamente que un asesinato más oculto, más pérfido, un asesinato contra el cual nadie puede defenderse, que no lo parece, porque no se ve al autor, porque es la obra de todos y de ninguno, porque la muerte de la víctima parece natural y porque no es tanto un pecado de acción como un pecado de omisión. Pero ello no deja de ser un asesinato premeditado." Federico Engels. "La situación de la clase obrera en Inglaterra" publicado en 1845

domingo, 10 de agosto de 2008

Se soluciona lo del INDEC ¿Y después?

Parece que a muchos les preocupa lo que pasa o vaya a pasar con el INDEC. Les comenzó a preocupar cuando el Estado argentino decidió que los bonos de deuda iban a estar indexados. Es decir: de acuerdo a cuál sea el índice de inflación es lo que los tenedores de bonos van a cobrar. Pero ¿Por qué se preocupan tanto los que no tienen bonos?
Es cierto que se cometieron un montón de barbaridades en el INDEC desde que el Sr. Moreno intervino. Se han apretado a empleados y eso no puede permitirse. Pero supongamos que a Moreno se lo saca, que se normaliza la situación en el INDEC y salen a decir cuál es el verdadero índice de inflación. ¿Qué vamos a hacer después? ¿Qué van a hacer con ese dato todos aquellos que lo solicitan?
Porque si a la Unión Industrial Argentina (UIA) les preocupa tanto el numerito, quiero saber cómo ellos lo justifican. Tanto ellos como todos los que tienen empleados a cargo a la hora de hablar de aumentos de sueldo, siempre dijeron que los mismos generan inflación. Una mentira grande como una casa. Generan inflación siempre y cuando el aumento de sueldos se traslade a los precios. Si se están llevando un 30% de ganancia en mano y post aumento de sueldo tocan los precios para que el margen de ganancia no baje, produce inflación, pero no necesariamente un aumento de sueldos genera inflación.
Ahora, si se blanquea la inflación real ¿Van a salir todos los que están pidiendo el numerito real a las calles a pedir aumento de sueldos? Porque quedará demostrado en números oficiales, que nadie que se asalariado los necesita para saber del aumento en la canasta básica diaria, que los actuales sueldos no alcanzan para cubrirla. ¿Van a salir a pedir aumentos?
Y pregunto. ¿De qué medios podemos servirnos para que una vez aumentado los sueldos el costo empresarial de los mismos no sea trasladado a los precios? ¿Volverán a hacer la del tomate, no comprar para que el precio baje? ¿Y por qué no lo hacen con todo? ¿De qué medios puede servirse el Estado para evitar esto? ¿Y si el Estado lo hace, van a apoyarlo? ¿Por qué no salieron los de las ollitas Essen a golpearlas cuando el estado hizo acuerdos de precios que no se cumplieron? ¿Por qué no salen a reclamarle al Estado que el problema con Moreno, más allá de sus modos, es que no logró controlar los precios? ¿Estamos todos de acuerdo con una política de control de precios? ¿Cuánto tiempo más se seguirá esperando que sea el Estado el que tenga que resolver los problemas de todos? Por qué no empezamos a pensar que si son problemas de todos la respuesta la tenemos que construir entre todos.

martes, 5 de agosto de 2008

Para quién preguntaban.

Luego de años de solicitarle a los distintos presidentes K, los medios tuvieron su tan ansiada conferencia de prensa. ¿Para qué? ¿Estarán conformes ahora? No pude sentir más que vergüenza a la hora de escuchar las cosas que preguntaban. Pero sobre todo era muy nítido el interés que representaba cada uno de los que preguntaban en función de los "interrogantes" que a la mandataria le formulaban.
A cuánto iba a estar el dólar a futuro, qué garantías le ofrecían a los inversores externos, cuál iba a ser la posición con EE.UU, qué pensaba de la IV Flota surcando nuestros mares, etc., etc.
Qué fácil que es para el gobierno una conferencia de prensa así. Donde los cronistas recibían llamadas telefónicas antes de agarrar el micrófono o seguían indicaciones por el auricular que llevaban puesto. Ni siquiera uno pudo plantearle alguna de las tantas contradicciones que la Presidenta mantiene entre lo que dice y lo que hace, como cuando le contestò a la cronista de CRONICA TV que con lo que pagan los vecinos del conurbano los boletos no podían esperar un buen servicio de tren. ¿Eh? Y nadie le repreguntó nada después. Todo lo que siguió fue un teleteatro sobre Cobos, el campo o Moreno, tratando de hacerle decir a la presidenta lo que ellos querían poner de titular. Qué falta de periodistas formados que tienen la mayoría de los medios.
Y ella, la verdad, se los comió crudos.
Tuvieron la posibilidad de preguntarle cómo esperaba que la derecha del peronismo con la que se alió para ganar las elecciones, votara en contra del campo.
O por qué se alió con Schiaretti si después vimos como terminó. ¿Esto la sorprendió?
O Por qué sigue sosteniendo a Moreno si, más allá de sus modos, cuando acordó un precio de referencia en la carne nunca se cumplió? Porque prefieren hablar de los modos, para después terminar diciendo que de nada sirve una Secretaría de Comercio que limite precios. El mercado que se regule solito....
¿Por qué cuesta tanto frenar la inflación? ¿Por qué arreglan un salario mínimo inferior a la canasta básica?
No hubo preguntas referidas a salud o educación. ¿Qué querían preguntar en una conferencia de prensa?

Si aunque sea hubieran hecho estas preguntas, por lo menos hubieran interrogado sobre los problemas que día a día tienen la mayoría de los argentinos. Porque la mayoría no tiene mucha idea de cómo puede influir en su vida la ida de Cobos del gobierno, el dolar a 3 o 2,95 o las garantías legales para las inversiones.

El punto es que los medios siguen la lógica, cuando les conviene, de las palabras dichas más que de los hechos. En lo que preguntaron quedó más que claro para quién preguntaban y que cosas le interesaban.

sábado, 2 de agosto de 2008

Psico - Estando ahí, puedo

Texto publicado en LETRAFONIA 5

El presente trabajo está basado en la lectura que he realizado sobre las siguientes dos películas: “Llámame Peter. Vida y muerte de Peter Sellers”[1] y “Desde el jardín”[2], y el libro “Being there”, también traducido como “Desde el jardín”[3].
Llegué a la película “Desde el jardín” luego de haber visto “Call me Peter”, biografía de Peter Seller .Película que me recomendó una colega sabiendo de mi cartel sobre psicosis. Fue poco lo que pude encontrar. Quizás lo”mas parecido” fue una escena erotómana de Sellers con Sofía Loren, a quien conoció filmando “Ella y sus millones”.
En “Llámame Peter…” hay una escena en la que el supuesto Peter relata que quiere hacer una película sobre el libro de Kosinski, ya que el se sentía como ese personaje, que no tenía una personalidad. Eso me llevó directamente a buscar “Desde el jardín”, luego leer el libro y por último averiguar sobre su vida. Creo que fue más conveniente para mí ver primero la película que leer el libro. Las escenas son completamente diferentes. Y la temática de las dos obras también. El libro es una lúcida crítica de la “american style life”, donde sólo existís si se TV. En la película, para el personaje principal, no hay posibilidad de que exista otra cosa.

Peter Sellers. Being There (Estando ahí. Siendo ahí)

“Al llegar al mundo, Peter Sellers se convertiría en el primer hijo de una pareja de actores de vodevil quienes esperaban ansiosos la llegada del primogénito. Es que el matrimonio imaginaba un gran futuro para el pequeño, sobre todo su madre, Peg, quien planeaba convertirlo en el mejor actor de todos los tiempos. Pero ese sueño no duró mucho. Tan sólo lo que dura un embarazo, ya que Peter murió a poco de nacer.
Tiempo después, el 8 de septiembre de 1925, nacería Richard Henri Sellers, quien vino a ocupar el lugar dejado por el pequeño Peter. Y lo ocupó literalmente. Es decir que Richard, hizo de Peter desde pequeño, un personaje dentro de la vida misma, algo que quizás ayude a entender el desvarío de la personalidad del gran actor inglés, quien con sólo dos semanas de vida ya estaba arriba de un escenario junto a sus padres.”[4]
En una entrevista que le realizaron Sellers dice: ““No tengo personalidad propia, por eso jamás podré llegar a ser una verdadera estrella. Soy un actor de personajes. No podría ser Peter Sellers del modo en que Cary Grant es Cary Grant, porque no tengo una imagen concreta de mi mismo”. “Me siento fantasmalmente irreal hasta que me convierto en otra persona en la pantalla”

Lo que motivo este trabajo fue la angustia que me generó la película “Desde el jardín”, la única a la que me referiré en el trabajo. Es muy fuerte observar a un personaje que permanentemente está en otro plano. Que los demás no entienden lo que él dice. Que le dan una significación totalmente diferente a lo que él quiere decir. Cosa que nos pasa todos los días. Pero Chance, el personaje principal, pareciera que no entiende que puedan entender otra cosa distinta de la que él dijo. No le entendieron ni el nombre. Un hombre que no dice más que lo que dice, oyentes que no escuchan más que metáforas. Un puro sentido. O un puro sin sentido. De lo que se trata es del malentendido.

La película comienza con Chance mirando la televisión e imitando un apretón de manos. Mira e imita. Y esto es algo que se repetirá en el film. Chance, pareciera, que no puede hacer lo que primero no vio en la televisión. La tv pasará a ser, a mi criterio, su caja de significantes. No puede responder a situaciones que se le presenten si antes no las observó. No aparece escena en la que pueda él pensar que haya un más allá de esa caja.
Para aquellos que no hayan visto la película, sintéticamente, se trata de un hombre llamado Chance, que en inglés significa azar, casualidad. No tiene apellido. Le pusieron Chance, según Kosinski, porque nació de casualidad. Su madre murió al nacer él. ¿La madre muere al nacer Peter? El Anciano, dueño de la casa, lo adoptó. Nunca le enseñó a leer. Nunca debía desobedecerlo. Chance es jardinero en una casa donde sólo vive con el anciano dueño de casa y una empleada doméstica. El anciano fallece. Aparecen unos abogados en la casa para arreglar las indemnizaciones correspondientes y el inicio de la sucesión. Se presentan ante Chance le preguntan quién es, sólo responde Chance, y ante su respuesta le informan que en ningún lugar hay registros de su existencia. Le solicitan que demuestre que él vive ahí. “Aquí estoy. ¿Qué mejor prueba que esa?” responde. Le piden nombres de médicos o dentistas a los que haya asistido, “nunca me enfermé”, “nunca salí de la casa”. Le informan que tendrá que retirarse. No opone resistencia y se va porque ellos lo dicen. No efectúa defensa alguna. Si ellos lo dicen, así debe ser. Abandona la casa. Al irse, tiene un accidente con una limusina que lo choca en la pierna. Baja la dueña del auto y lo asiste por temor a una demanda legal. Se presentan mutuamente. Él lo hace como Chance, el jardinero. En inglés the gardiner. Ella, EE, entiende Gardiner y le pregunta si es familiar de los Gardiner, unos amigos de ella. El responde que no. Lo llevan a su mansión. Lo asisten por un médico. Lo invitan a cenar y a permanecer en la casa hasta que se recupere. En la cena, con el Sr. y la Sra. Rand (EE), Chance comienza a contar a qué se dedica. Que los abogados cerraron su casa y se quedó sin su jardín. Todo esto será tomado como una metáfora de un hombre de negocios, uno más de los que pierden su “casa” por los abogados. El Sr. Rand no hará más que tomarlo siempre como un hombre de negocios que cuando describe las estaciones climáticas, no se refiere sino a los ciclos de la economía y la producción. El Sr. Rand, un multimillonario con acceso directo al presidente de EEUU, lo presenta a Chance frente al mandatario como un empresario. Chance esboza su conocimiento sobre jardinería, y el mandatario, lo toma como una tesis económica. Cualquier similitud con la abstracción del actual presidente de EEUU es pura coincidencia. El presidente cita a Chance en una conferencia de prensa y todos quieren saber quién es este hombre que asesora al presidente. Pero de Chance no hay registros. De ahí en más entrevistas televisivas con Chance, encuentro con embajadores y demás.

Los puros sentidos o sin sentidos.

El sin sentido del significante es angustiante, para mí. Y creo que para Seller también. En el film Chance y el resto hablan cosas diferentes, pero el no puede comprender que los demás entiendan algo diferente a lo que dijo. No puede concebir esa posibilidad. El no dice más que lo que puede decir y de lo que sabe. Los demás entienden cualquier otra cosa. Pero lo angustiante es que él parece como en otro plano. Mejor dicho, un único plano. Nadie lo entiende. Hablan de otra cosa. Porque siente que no lo entienden, para mi, Seller eligió el libro. Él no dirige la película, es cierto, pero deseaba profundamente hacer ese papel.
Este hombre, burdamente lo digo, sin nombre del padre, ya que no tiene apellido y lo nombraron por casualidad, sólo es enlazado dentro de una posible filiación, por EE, cuando ella le pregunta si es familiar de sus amigos Gardiner. Ya no es el único. Se esbozan otros. Y al darle ella un lugar, es que elige quedarse a vivir en esa mansión.
Encuentro similitudes entre Chance y Richard Sellers. Un niño muere al nacer. Una madre muere al nacer el niño. Chance no tiene apellido. Sellers adopta el nombre de su hermano muerto. Empezará, desde niño, a ponerse en el lugar de otro para ser nombrado. El no es Peter Sellers. Es cierto. Hace de Peter Sellers. Todo el día. Siempre es un personaje.
Comparto este texto, que ningún valor teórico tiene, para poder compartir mis interrogantes sobre la psicosis. En mi corta experiencia con pacientes psicóticos me he encontrado con algo de lo que a Chance le pasa, no concebir cierta alteridad y que no quieren decir otra cosa que lo que dicen. Por eso cuando atiendo pacientes que supongo pueden responder de un modo psicótico, atino a no interpretar metafóricamente, porque las veces que lo he hecho, me encuentro con que me responden “no quise decir más que eso”. Hace poco tiempo, me tocó asistir a un paciente de 19 años en pleno desencadenamiento. La gente comenzó a reírse de él. Tuve que atenderlo porque intentó quitarse la vida. En nuestra primera entrevista él estaba completamente angustiado. Y la angustia es contagiosa. Compartió conmigo lo que le estaba pasando. No aguantaba más las risas y por eso quería dejar de vivir. Vino a mi memoria una frase de Davoine, que da cuenta de su práctica: “El hombre que grita de dolor o que nos dice que sufre no elige la boca con la que nos lo dice. El sitio del dolor puede encontrarse en el cuerpo de otra persona.”[5] “A veces no hay lenguaje para decirse algo a sí mismo, y sólo se encuentran las palabras a través de algún otro, por la vía de una respuesta.”[6] Mientras él seguía mudo, luego de contarme lo que le pasaba, y sin mirarme, le pregunté, no las soportás más, no, me respondió. Así como no estuvieron toda la vida, no tienen porque estar para siempre. En ese momento me mira, fue, para mí, como una brisa de aire, porque su cara por un segundo se mostró más relajada y me dijo ¿en serio? En ese momento lo que busqué fue ponerle una alteridad a eso que se presentaba como un para siempre. No tiene por qué ser de ese modo tortuoso.
Esta falta de alteridad es lo que encontré en la película de Chance. Que me resulta imposible pensarla como una comedia. Una persona que está en un único plano, que no encuentra lugar a su decir.

Entre el libro y el film hay diferencias sustanciales. La principal diferencia que encuentro, y eso me parece lo más rico, es que en el libro la televisión no es lo único que existe. Chance primero conoció la radio. Peter Sellers también comenzó en radio y luego pasó a la pantalla.
En la película se me representa la televisión como la única batería de significantes posible. No puede pensar que lo que no está ahí esté en Otro lado. En la película no actúa si no lo ve en la tele. En el libro hay escenas en las que no responde, aunque quiere, por no poder.
Esto es algo que me parece interesante pensar. Y por eso lo comparto. ¿Es Chance, el del film, una persona con una relación psicótica con el lenguaje? ¿Vale de algo pensar en eso? No. ¿Es tan frecuente en la psicosis esta falta de alteridad? ¿Por qué pienso esto? Porque está totalmente identificado con el imaginario de la TV, no hay más que eso. Una escena para pensarlo y pensar a Sellers eligiendo este libro. Escena filmica: EE lo encara a Chance en su habitación, con el fin de tener sexo. Comienza a besarlo y él no sabe que hacer. Queda petrificado. Iba a decir no responde, pero no se puede responder a un pedido que nunca existió. En otra escena EE lo besa, pero justo Chance está mirando una escena televisiva en la que una pareja se besa. E imita. Cuando la escena termina, él también. Ella le dice qué te pasa, no te gusto, qué te gusta. Sin quitar la tele de su retina responde, mirar. Ella comienza a tocarse para que él la observe. Nunca la miró. El mirar para él es mirar televisión, ella entendió otra cosa. En el libro la escena es diferente. Él quiere decirle que solo mirándola puede fijarla es su memoria y poseerla. Pero es dirigido a ella.



“Cada vez que termino un film me invade una terrible sensación de pérdida de identidad. Entonces no se quién soy ni qué hacer” Peter Sellers.

[1] “Life and death of Peter Sellers”. 2004. Basada en el libro de Roger Lewis. Dir. Sthepen Hopkins.
[2] “Being There” 1979. Dirigida por Hal Ashby. Con Peter Sellers, Sherley Mac Laine, Melvyn Douglas y Jack Warden.
[3] “Desde el Jardín” Jerzy Kosinski. Ed. Pomaire.1977
[4] Diego Cabarcos. www.codigoretro.com

[5] Francoise Davoine. La locura Wittgenstein. P.12
[6] Idem. Pag. 17

Pisco-Escucho $ujeto

Desde el momento en que empecé la carrera de psicología había una pregunta que me daba vueltas por la cabeza: ¿Qué determina que dos psicólogos escuchando al mismo tiempo el relato de un paciente escuchen cosas diferentes? Después de cinco años de carrera, de mi análisis, de la lectura que he hecho de distintos textos y de lo que he aprendido de mis diferentes maestros, , tengo la respuesta: los significantes que a cada uno nos $ujetan.
Lo que yo escuche está determinado, como en todos los casos la escucha, por aquellos significantes que porto y el modo que tienen estos de relacionarse y producir significaciones, recortar, crear.Quiero hacer un especial hincapié en esto porque siempre se habla de "la escucha", "hay algo que hace ruido", y se naturaliza la escucha, como si todos pudiéramos escuchar lo mismo. Y no. No es así.Interrogandome al respecto fui a buscar textos de Física, para saber qué dice acerca del sonido, y encontré que: El sonido es una perturbación que se propaga. Para obtener sonido se necesita de un cuerpo productor que debe realizar un tipo de movimiento Vibratorio. Es decir, tiene que hacer vibrar. Se necesita de un medio que sea capaz de transmitir las ondas vibratorias, que será determinante para la propagación y la posibilidad de perturbar. Y por último se necesita de un agente receptor, el oído.Uno de los artículos de Física de donde saqué los datos acerca del choque de las ondas, contaba con la siguiente frase: “Una onda sonora sufre una Reflexión cuando al llegar a una superficie se refleja sobre ella y vuelve a propagarse pero con sentido diferente al anterior.” ¿Les suena esto?La superficie con la que choca la vibración es una de los determinantes del sonido, otro es el medio, y determinan que este pueda ser escuchable.
Es la caja de resonancia la que determina el sonido. Un mismo golpe no suena de la misma manera sobre una mesa que sobre un bombo. Es el cuerpo con el que chocan las ondas el que determina el sonido, producto de la vibración que este choque produce y el medio que lo propaga. En el vacío el sonido no se propaga. No hay ruido.
Como para seguir con la línea de los sonidos que el analista escucha, o letras en el mejor de los casos, y los/las que emite en sus intervenciones, que habrá que ver si el paciente puede escucharlos, quisiera meterme con estas y las interpretaciones.¿Estaremos todos de acuerdo que las intervenciones y las interpretaciones analíticas tienen significación, no es así? (Por lo menos para el analista, que por algo hace ese recorte, esa intervención, que después sabremos si fue una interpretación analítica.) Así también que la significación es el producto de la articulación de significantes. Mi afirmación es: las intervenciones son el producto de la articulación de los significantes del discurso del paciente con los que porta el analista. Son los significantes que porta el analista, que lo $ujetan, los que determinan su escucha. Y sus intervenciones. Naturalizar la escucha es estigmatizar al $ujeto, es quedarse en el plano del diagnóstico, es tomar, por ej., como margen el DSM IV para ubicarse, es no reconocer el inconciente del analista en el dispositivo analítico. Es igualar la no posición del analista como $ujeto a que no hay un $ujeto en el lugar del analista.Señoras y señores, no estoy descubriendo nada con esto, por más que muchos psicoanalistas se nieguen a dar la discución por el problema de la vibración. Eso es lo más complicado, reconocer con qué y por qué uno vibra.Aquel psiconalista que no vibra con el discurso de su paciente, lo que necesita es un diagnóstico.
Nota sobre una izquierda lacaniana…Jorge Alemán
I.Por el carácter extremadamente conjetural de la nota aquí propuesta, por su clara dimensión especulativa, se impone una exposición en primera persona. El carácter provisional de esta nota queda patente en la propia expresión “izquierda lacaniana”, expresión que, evidentemente, reúne términos que no han surgido en principio para estar juntos y que por tanto abren siempre una cuestión sobre la legitimidad de su vinculación. Salvando las distancias, como cuando en Europa decimos “izquierda peronista” y de inmediato se multiplican las suspicacias sobre el carácter fundado de la expresión. El comentario aquí presentado intentará entonces darle alguna verosimilitud a su título.

II.En primer lugar se impone una pregunta: ¿qué significa ser de izquierda en el siglo xxi? Qué valor tiene la expresión y qué tipo de compromiso designa cuando el relato histórico que dio lugar a la misma se ha desvanecido tanto en su praxis teórico-política como en su eficacia simbólica para dar un principio de legibilidad sobre lo que es la realidad. Sin embargo, creo que se puede entender por izquierda la posición que asume los siguientes puntos. A) Ninguna realidad, por consistente y hegemónica que se presente, como por ejemplo el capitalismo actual, debe ser considerada como definitiva. Sabiendo que, actualmente, para no considerar definitivo al capitalismo es necesario hacer un gran esfuerzo, ahora que, en su amalgama con la Técnica, ha logrado poner a todo el “ser de lo ente” a disposición para emplazarlo como mercancía. Por inconcebible que sea postular el corte o la ruptura en el “rizoma” capitalista, por indeterminada que sea la expresión “lucha anticapitalista”; pues es difícil establecer con respecto a la misma cuál es su verdadero lugar, por irrepresentable en suma que sea su salida histórica y aunque una y otra vez incluso se pueda establecer entre el Capitalismo y la existencia humana una relación ontológica, ser de izquierda implica insistir en el carácter contingente de la realidad histórica del Capitalismo. Aún cuando su salida o pasaje a otra realidad haya quedado diferida, aún cuando ese tránsito nunca esté garantizado y pueda no cumplirse, aún cuando esa otra realidad distinta de la del Capitalismo ya no pueda ser nombrada como Socialismo. En cualquier caso, ser de izquierda es no dar por eterno el principio de dominación capitalista. B) A su vez, ser de izquierda es pensar que la explotación de la fuerza de trabajo y la ausencia de justicia no sólo sigue siendo un insulto de primer orden hacia la propia construcción de la subjetividad, sino que la brecha ontológica en la que el sujeto se constituye, la división incurable que marca a su existencia con una singularidad irreductible, sólo puede ser captada en su “diferencia absoluta” por fuera y más allá de las jerarquías y divisiones instauradas por el poder de mercado. Por ello, el impensable fin del Capitalismo, si tuviera lugar, sería paradójicamente el comienzo del viaje, el inicio de la afirmación tragicómica de la existencia, el “tú eres eso” de un sujeto por fin cuestionado, sin las coartadas burguesas que desde hace tiempo lo llevan inexorablemente a estar disponible para todo.

III.La izquierda marxista puede elaborar su Final en el único ámbito en el que ese Final puede adquirir un valor distinto al de cierre o cancelación, un Final que no es tiempo cumplido sino oportunidad eventual para otro comienzo. Ese ámbito tal vez pueda ser el pensamiento de Jacques Lacan, única teoría materialista sobre el Malestar de la Civilización propio del siglo XXI. El hecho de que Lacan planteara la elaboración de su discurso como una “praxis sobre lo real-imposible”, sobre un real al que no puede acceder el discurso pero que a la vez es a través del discurso (comprendiendo en esto la escritura) que se puede acceder, esta cuestión primordial de lo Real es lo que distingue su intento teórico del de la Hermenéutica, la Deconstrucción y las “otras Éticas”. Considero que Lacan constituye el único intento serio de poner a prueba hasta dónde lo simbólico puede y no puede transformar a través de una praxis lo Real. Dicho de otra manera, lo simbólico es la condición de posibilidad e imposibilidad al mismo tiempo para transformar lo Real. Por ello, tal vez no haya otro discurso como el lacaniano para reconocer con la mayor honestidad lo que enseña una praxis en su impotencia por modificar lo Real. Y por esto mismo, el pensamiento de Lacan puede ser la oportunidad para iluminar con un cierto coraje intelectual lo que aún permanece impensado en el Final: la derrota a escala mundial, a partir de los setenta, del proyecto revolucionario de izquierdas. Derrota que el Saber postmoderno escamoteó para el pensamiento. En este aspecto, Lacan desde el comienzo ha preparado a través de lecturas y puntuaciones diversas, las condiciones para que el pensamiento marxista pueda elaborar su propio final, en el único lugar donde la elaboración es posible, en el trabajo de Duelo que se hace fuera del Hogar.
Lacan comenzó “deshegelianizando” el materialismo de Marx, planteando un hiato irreductible entre la Verdad y el Saber. Pero este hiato constituirá la ocasión de un homenaje definitivo a Marx; para Lacan el inventor del Síntoma como Verdad imprevisible e incalculable que no puede ser domesticada por el ejercicio de un Saber es Marx y no Freud. Desde esta primera perspectiva general se puede encontrar en Lacan, a partir de 1938, un desmontaje meticuloso de todos los motivos marxistas: el análisis de la mercancía incorporando la temática del goce pulsional, las distintas objeciones a la teleología histórica y a la metafísica de su sujeto, la presentación de una temporalidad problematizada con las distintas modalidades del retorno y liberada de todo fantasma utópico, etc.

IV.Esas marcas de la elaboración lacaniana del Final marxista las podemos reconocer en las distintas operaciones que, de diferentes modos y en diversas secuencias, se realizan en el llamado pensamiento “postmarxista contemporáneo”. Evoquemos al menos las cuestiones que aquí consideramos más determinantes. A) Como ya hemos afirmado anteriormente, una de las primeras posiciones de Lacan es no admitir el “telos” histórico del materialismo marxista, ni los movimientos dialécticos del en-sí/para-sí, pero sí dar todo su valor de verdad a la “plusvalía” estableciendo una compleja homología con lo designado por Lacan como “plus de gozar”. Homología que permitirá establecer que el verdadero secreto del capitalismo reside en una economía política del Goce. La operación fantasmática a través de la cual el sujeto conquista su realidad y su consistencia toma su punto de partida en ese “plus de gozar” que funciona incluso en condiciones de miseria extrema. De lo que se despoja a las multitudes es de los recursos simbólicos que permitan establecer e inventar en cada uno el recorrido simbólico propicio para el circuito pulsional del “plus de gozar”. La miseria es, en este sentido, el estar a solas con el goce de la pulsión de muerte en el eclipse absoluto de lo simbólico. La no “satisfacción de las necesidades materiales” no sólo no apaga el circuito pulsional sino que lo acentúa de modo mortífero. En este aspecto el Capitalismo, al igual que la pulsión, es un movimiento circular que se autopropulsa alrededor de un vacío que lo obliga siempre a recomenzar, sin que ninguna satisfacción lo colme de un modo definitivo. Aunque siempre realice un “plus de goce” parcial y excedente a toda utilidad. Para una izquierda lacaniana, pensar las consecuencias de esa “parte maldita” en los procesos de subjetivación es una exigencia política de nuevo cuño. Por ello, si es cierto que actualmente el poder ha devenido “biopolítico”, tomando para sí como asunto esencial la “vida” biológica, en una perspectiva lacaniana agregaríamos que tratándose de la vida de los cuerpos parlantes, sexuados y mortales, es la vida del “plus de gozar”. El cuerpo del parlante no es otra cosa que la sede del plus del goce. Series televisivas de médicos, forenses, operaciones televisadas, programas de salud, en todos los casos se intenta capturar, en la época en que la ciencia quiere borrar la frontera entre el ser parlante y el animal, el plus de gozar que anima a la biología del cuerpo. ¿Podrá la Técnica transformar el plus de goce en una unidad discernible, cuantificable, localizable? No es una paradoja menor que el goce pulsional sea la única “autonomía” (no conciente ni reflexiva) que le queda a la existencia parlante frente a la exigencia técnica de que el mundo devenga imagen. B) Para Lacan lo Real no es la “realidad construida simbólicamente”. Más bien lo real es lo que impide otorgarle a la realidad una estructura universal que pueda totalizarse reflexivamente y concebirse a sí misma a través de un cierre categorial. Cualquier construcción discursiva, por Universal que se presente en sus pretensiones formales, siempre estará lo suficientemente “agujereada” para que lo real irrumpa como un exceso traumático, una pesadilla que retorna, una angustia sin sentido, una presencia invasora que pone en juego al universo simbólico en sus amarras hasta el punto de su zozobra, así como también abre la posibilidad de su renovación radical a través de la invención de una escritura. A partir de este modo de concebir lo real, lo Universal debe ser reformulado. No se trata para Lacan de postular un real inalcanzable y por tanto establecer que los discursos son todos equivalentes en su relativismo. Por el contrario, es necesario asumir que el Lenguaje siempre “paratodea” y va hacia lo Universal. A su vez, este Universal radicalmente descompletado y tachado, pues lo real impide la equivalencia Uno-Todo, debe ser mantenido como exigencia lógica frente al relativismo multicultural de las identidades. Desde la perspectiva de lo real, el Universal debe siempre presentarse en situación, mostrando el tiempo y lugar histórico que lo sostiene y ampara. ¿Necesita la izquierda de este semblante de universalidad, aún donde tenga que asumir proyectos políticos enteramente ligados a la historia de su nación? Sí, en la medida en que una experiencia con lo real nunca puede reducirse exclusivamente a una idiosincrasia o una tradición. Experiencia con lo real implica transmisión de lo imposible que estuvo en juego y del intento por franquear el impasse. Por ello, así como a una obra de arte siempre se la concibe como potencialmente al alcance de todos, la experiencia política debe aspirar a ese rango universal de transmisión, de transmisión hacia un “todos” a la vez imposible. Más allá del respeto que exista por el legado histórico y por la herencia política que en cada caso nos concierne, es necesario siempre sostener un “suplemento” de universalidad que impida una identidad cerrada sobre nosotros, un significante vacío, que vuelva imposible la apropiación de lo natal bajo cualquiera de las utopías fantasmáticas de reconciliación. En este caso, ser de izquierda es que la voluntad política, la invención política cifrada en esa voluntad, sólo es posible cuando se admite que no hay universal que apague la contingencia de lo real. Pero que sólo surgirá en las fallas de lo universal una nueva subjetividad política sin estar de antemano secuestrada por una identidad reconocida y ya sabida. Lo que advenga en Argentina, adviene para nosotros en el Otro universal, en la tensión que en toda experiencia histórica auténtica se guarda con lo incomunicable, pero es esa tensión la que no puede ser rechazada. De hecho, lo que ha provocado esta nota que aquí presento no es sólo, como se puede suponer, la velada significación que aún tiene la importante presencia del pensamiento lacaniano en la Argentina, sino lo que un célebre postmarxista me dijo en cierta ocasión, en voz baja, al modo de un chiste cómplice, casi por descuido, mientras entrábamos a una sala repleta y ansiosa por escucharlo: “Lacan, Perón, un solo corazón…” Esta nota probablemente sea una suerte de homenaje a la resonancia enigmática de ese chiste en mi memoria. C) No obstante, los pensadores que implícita o explícitamente elaboran el final marxista a partir de Lacan, pensadores de la Verdad, del Acontecimiento, del Estado de Excepción, la Contingencia, la Justicia, la Parte excluida que hace la vez del Universal, etc., tienen en general (hay una excepción) un gusto especial por oponer la política de la Representación (léase de Estado) a sus propias teorías. Para estos autores sólo hay política cuando no hay representación, pues la política “sólo debe autorizarse de sí misma”. Tal vez la supuesta fortaleza institucional europea y su Universidad haga posible que la mayoría de estos pensadores postmarxistas de impronta lacaniana reserven la energía política para un tiempo por venir del que no se dispone representación alguna. Desde la vertiente axiomática o performativa de estos pensadores, el espacio socialdemócrata es exactamente el mismo que el de la derecha conservadora, y todo su entusiasmo está en aquello que aún no tiene forma. El prestigio epistemológico del corte y la ruptura tal vez aún esté muy presente en sus respectivas consideraciones. Es cierto que vivimos en la consumación técnica de la metafísica, y esta se presenta con la misma fuerza organizadora tanto para la izquierda de tradición socialdemócrata como para la derecha conservadora. En este punto los pensadores postmarxistas tienen muchas indicaciones ontológicas que efectuar, especialmente si aún se quiere construir una teoría materialista de la praxis que no excluya al sujeto. Pero se equivocan en su desprecio por la construcción política. En Latinoamérica, una transformación parcial aunque no sea corte o ruptura desde la perspectiva de la Totalidad, es a veces la desviación que nos devuelve al camino de la política, entendiendo por política la simultánea experiencia de la posibilidad e imposibilidad de la emancipación.
En nuestro caso, si hubiera algo así como una izquierda lacaniana, se trataría de una escritura del nudo “borromeo” propuesto por Lacan, ese que reúne tres elementos de tal modo que si se quita uno se separan los tres a la vez. Para el caso se trataría de un nudo entre el Estado, los movimientos sociales y la Construcción Política. Es precisamente necesario un nudo porque los tres elementos citados en la reunión aún permanecen sin resolución histórica. Sólo en el nudo y en la mutua reciprocidad del anudamiento (que no es lo mismo que síntesis o unificación) se recrearán los tres ámbitos. En el caso argentino, ese nudo es la condición para una nueva lectura de aquello que procede de nuestro movimiento de liberación nacional, una lectura que esté a la altura de las exigencias que a partir de ahora se establecen para la izquierda; llevar al campo de la República el surgimiento del Deseo, el deseo de lo que “habré sido para lo que estoy llegando a ser”.
Bibligrafía“Metafísica y Capitalismo” en Jacques Lacan y el debate posmoderno, Ediciones del Seminario, Filigrana, Buenos Aires, 2000.“Notas sobre lo impolítico en Argentina” en Notas antifilosóficas. Grama ediciones, Buenos Aires, 2003.
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Pensamiento de los confines, n. 20, Julio de 2007

Psico-Anudar con otro hilo

Publicado en Página/12 el 20/09/07
Por Santiago Gomez *


“Sólo podemos suponer qué se proponía exactamente el pintor Théodore Géricault cuando pintó a estos pacientes. Pero la forma en que los pintó deja claro que lo último que le preocupaba era su catalogación clínica. Las mismas pinceladas indican que los conocía y pensaba en ellos por su nombre de pila. Los nombres de sus almas. Esos nombres hoy olvidados.”
John Berger, Las miradas del adiós.
Hace dos años, desde la Red de Salud Mental del municipio de Moreno, comenzamos con la primera capacitación de Acompañantes Comunitarios en Salud Mental. Un trabajo que emprendimos sin tener experiencia alguna al respecto y sin contar tampoco con el testimonio de otros que estuvieran realizando una tarea parecida. La tarea que nos propusimos es capacitar a vecinos de Moreno para que puedan acompañar y soportar la locura.
Esto no es poco. Es un trabajo difícil, porque lo que se busca permanentemente es que las cosas cierren, que sean lo menos ruidosas y lo más predecibles posible. Cuando las cosas no cierran, muchas veces, se encierra: la locura y el encierro van muy cerquita, casi de la mano. El encierro en los hospitales. El encierro en el diagnóstico. Por nuestra parte, trabajamos y buscamos seguir trabajando con lo que no cierra, con el no todo, y es una tarea que nos cuesta mucho.
El curso de capacitación que hemos dictado consistió en clases teóricas y prácticas. Las teóricas las dictaron docentes universitarios y profesionales de la salud mental. Temas: psicoanálisis, psiquiatría, farmacología, acompañamientos terapéuticos y otros. La parte práctica consistió en acompañar a vecinos del barrio que estaban siendo atendidos por algún profesional de nuestra red de salud mental. También, realizar visitas a domicilio a pacientes externados de Open Door, que hacía mucho tiempo no venían a consulta con el psiquiatra.
La primera capacitación finalizó en diciembre pasado. Veintidós vecinos de Moreno finalizaron el curso. De ellos, trece trabajan con nosotros, forman parte de nuestra red, como acompañantes comunitarios en salud mental.
Los acompañantes comunitarios no son acompañantes terapéuticos. Lo que no imposibilita que este tipo de acompañamiento pueda ser terapéutico. Definirlos como comunitarios no sólo implica que el acompañante es miembro de la comunidad en la que vive la persona a la que acompaña, sino que intentamos implicar a la comunidad en el trato diferente al que apuntamos. Nuestro trabajo apunta también a un cambio cultural: que la sociedad cuente con otros recursos cuando tiene problemas con la locura. Pensamos la comunidad como una posible red, que pueda soportar. ¿Qué es una red, sino anudamiento de lazos bordeando agujeros? ¿Qué nos produce la locura, sino un agujero enorme?
Pensando en la red que puede conformar una comunidad para sostener la locura, siempre tomamos como ejemplo el lugar que en localidades del interior tiene “el loquito del pueblo”: tiene una pertenencia, un lugar; para la comunidad es uno más.
Las personas que así formamos como agentes comunitarios en salud mental acompañaron a pacientes en crisis, y su labor permitió mitigar esas crisis. En la sala de espera de nuestro Centro de Salud Mental, como en la casa de convivencia de Alvarez –para pacientes externados de Open Door–, se constituyeron como otros posibles a quienes los pacientes podían recurrir en momentos en que se sentían desbordados o querían compartir situaciones diarias que se les iban presentando.
Estos agentes comunitarios también permitieron sostener tratamientos psicológicos o psiquiátricos; a veces brindan la medicación hasta que el paciente pueda llevar el tratamiento farmacológico solo.
Uno de los efectos de la psiquiatrización de las personas es el debilitamiento, rotura o quiebre de los vínculos sociales, al que suele sumársele la segregación y discriminación. Cuando emprendimos el proyecto, sustentamos la hipótesis de que, por esas razones, la presencia de los acompañantes en la vida de esas personas iba a ocupar un lugar: efectivamente fue así.
Pensamos que el trabajo de los acompañantes comunitarios es ayudar a la consolidación o creación de vínculos nuevos, más allá del que pueda establecerse con el acompañante: si sólo nos quedáramos con ése, el trabajo no estaría bien hecho; porque, si el acompañante dejara el trabajo, ¿qué pasaría con ese sujeto? Nosotros siempre pensamos la función del acompañante como la de la aguja de tejer: es necesario que por ahí pase el hilo, pero para poder hacer nudo, lazo, con otro hilo. Si, en cambio, pensáramos el lugar del acompañante como el del eslabón que restablece una cadena que se había roto, al retirarse éste retornaría la misma rotura.
¿Y cómo colaborar en los vínculos? Primero, escuchando a la persona que se está acompañando; a partir de ahí, es caso por caso. En cada caso, no pensamos sólo en el sujeto; se trata de pensar en cada familia, en cada barrio, en los distintos actores de esa comunidad. No hay recetas. Una de las estrategias posibles incluye que el acompañante haga un relevamiento de qué instituciones o espacios existen, en el barrio, donde pudiera haber un lugar o un posible vínculo para la persona.
Sin perjuicio de que los coordinadores del programa tengamos una formación analítica, éste no es un trabajo analítico: desde el lugar de analista escuchamos, pero no operamos desde ahí. Lo que nos lleva a sostener e impulsar este trabajo es una posición política, y también ideológica en cuanto pensamos una manera diferente de tratar malestares en la vida de las personas y de la sociedad.
Yo empecé a trabajar en este programa cuando recién había egresado de la Facultad de Psicología. El trabajo con los acompañantes presenta situaciones muy diferentes de las de la práctica clínica: nos interrogamos mucho, tomamos posición, y lo ideológico está en juego permanentemente. El primer problema que tenía era el de mi formación: ¿cómo el tratamiento con la psicosis va a ser por fuera de un dispositivo terapéutico convencional?, ¿cómo va a ser sin el psiquiatra? Yo tenía mucho temor a que las intervenciones de los acompañantes pudieran “brotarlos” a los pacientes. Había una cuestión del “cuidado” muy fuerte. El “cuidado”, el control, la idea del bien pueden traer problemas, y, por más que estamos advertidos de que nuestros ideales no deben intervenir a la hora de trabajar, los tenemos.
Hacerse un lugar
“No es lo mismo que me den un lugar que tener que hacerme un lugar. Hacerme un lugar supone participar de zonas indefinidas, borrosas, equívocas, indisciplinadas. Cierto. Pero para hacerme un lugar es necesaria la existencia de lugares por disputar”, señaló Marcelo Percia en Deliberar las psicosis (ed. Lugar Editorial), y agregó: “No se trata de rehabilitar, resocializar, reeducar; sino de imaginar espacios para la restitución de potencias sustraídas”. Lo escribió en el marco de su relato sobre una paciente que quiere quedarse internada, que vuelve, porque ahí tiene un lugar. Esto tiene mucha pertinencia con el trabajo que venimos realizando.
Siempre nos preguntamos dónde ubicar la función del acompañante comunitario: se sitúa en una zona indefinida; no son ni acompañantes terapéuticos ni promotores de salud. Bien: en esa zona indefinida los sostenemos. Y lo que sí sabemos es que no es una zona de control ni de vigilancia. No es una zona donde uno vaya a buscar información, sino donde pueda aparecer el decir de un sujeto. También nosotros, con este programa, tenemos que hacernos un lugar. No hacemos trabajo clínico, pero la clínica es uno de los lugares donde buscamos hacernos un lugar. Lo tenemos que disputar. Así sea disputar la creación de ese espacio. Disputamos espacio en la comunidad, para que podamos meternos en la cultura de los vecinos, para que nos incorporen como uno más. Sí, disputamos lugares:, por ejemplo, con los que dicen que ante cualquier brote hay que llamar a la policía, con los que no dan lugar al decir del sujeto, remitiendo todo su decir a una explicación de su diagnóstico.
En nuestros cursos nunca hablamos de “resocializar”. Socializados, están: la sociedad es la que les brinda determinados espacios; el problema es qué lugares les da la sociedad a los “locos”, y qué se espera de ellos mientras ahí habiten. Y en la sociedad estamos todos, como ciudadanos, como profesionales, como funcionarios, en cada lugar en que nos situemos. Se dice que en la psicosis hay problemas con los vínculos sociales: pero lo social tiene problemas para hacer vínculos con la psicosis. Ciertamente, la psiquiatrización de una persona produce efectos en los lazos sociales.
Nuestro trabajo está en el campo de la desmanicomialización. Desmanicomializar no es sólo dejar de internar. Un trato manicomial puede darse también por fuera del hospicio. Un trato manicomial es pensar en seres y no en sujetos: ser psicótico, ser esquizofrénico, ser histérico, ser depresivo. Después, se llama Ramón o Josefina. Son tratos que no soportan lo ruidoso: en la explicación de las conductas por el ser, se exige la quietud: no escuchar, no dar lugar a la palabra; la persona se comporta así porque “es”. Existe mucha comprensión por parte de los profesionales en función de lo que el librito dice. Creo que un diagnóstico no dice nada, pocas cosas dicen menos que un diagnóstico. Dice más del que habla que de aquel sobre el que se habla. Soportar el no-todo del que tanto hablamos es parte de la desmanicomialización, de esas zonas borrosas e indefinidas. Soportar el no saber, no precipitarnos en las intervenciones. Porque el inconsciente es historia. Apuntamos a escuchar la historia de cada sujeto.
El discurso generalizado de la sociedad plantea que, en la psicosis, algo falta: que a los psicóticos algo les falta, aunque más no sea la cordura. El discurso de la universidad no es ajeno a esto, y muchas veces los profesionales “psi” piensan la psicosis como anormal –y esto linda con lo normatizador– porque “algo falta”. Si falta ahí, ¿dónde está completo? Y no, no falta nada. Porque la falta es una cuestión de derecho, no de hecho. Si el inconsciente es real, entonces no falta nada. La cuestión es con qué material cada sujeto arma y sostiene sus respuestas. Para eso tenemos que historiarlo, Y, también, historiar la locura.
* Psicólogo de la Red de Salud Mental de Moreno. Miembro de Centro Trama. Texto extractado de un trabajo que se presentó en las VII Jornadas de Salud Mental de Moreno.
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Por los locos bajitos

28/03/08

El derrame de miseria estaba por arriba de sus cabezas. Ellos unos locos bajitos, bajo la parte inferior de un camión. Juntaban en botellas de gaseosas y cartones de leche chocolatada, como podían, parte de los 27.000 litros de leche que un camión derramaba sobre el azfalto. ¡Qué miserables! ¡Qué canallas! ¿Cómo pueden ser tan hijos de puta de tirar tanto alimento?
Les enrostraron, a unos nenes, que les importa NADA su vida. Nosotros, para ellos, no valemos nada.
La angustia que me agarró al ver a esos nenes juntando con sus botellas leche, me llenó el pecho de dolor e indignación. Es por eso que escribo. Porque necesito la descarga y el eco.

Mientras pensaba en este texto, vino a mi cabeza la escena más bella que he visto en el cine. Es la primera de "Milagro en Milán": Un nene derrama un jarro con leche y su cara se llena de terror y espanto. Derramó un jarro con leche en plena post guerra. Llega su madre y comienza a poner a los costados de la leche volcada casitas de juguete, animales de granja y transforma la leche en un río. Hace del terror un juego. Y comienzan madre e hijo a saltar de un lado al otro del río.
Los nenes de hoy estaban solos. Eran ellos y no adultos los que juntaban su propio alimento.

¿Es eso una "manifestación pacífica"? Pocas veces en mi vida vi escenas tan violentas.
¿Llamará mañana la iglesia a pedirle a los señores del campo que tengan amor por el prójimo y que aunque sea la donen a CARITAS?

Cuando se llega a un nivel de perversión tan grande no podemos seguir mirando.

A todos aquellos que estén interesados en hacer algo para que las cosas cambien, los convoco para que nos juntemos y pensemos juntos qué podemos hacer.

¿Campo Vs Gobierno?

26/03/08

Titular tras titular, los medios no se cansan de repetir que es una pelea entre el campo y el gobierno. ¿Es así?
¿No llama la atención que los que siempre reclamaban y se embanderaban en el derecho a la libre circulación hoy corten rutas, y no prenden fuego gomas, sino que se dan el lujo de quemar coches y cocechadoras? ¿Un pequeño productor prendería fuego su herramienta de trabajo?
¿Por qué le hacen piquetes a este gobierno, así como al de Perón, pero no lo hicieron cuando Onganía, Frondizi y Martínez de Hoz implementaron medidas similares? ¿Y tampoco cuando las implementó Duhalde luego de la pesificación de las deudas y la devaluación?
¿Están a favor de los Argentinos los que tiran una tonelada y media de carne a la ruta? ¡¡¡1500 kilos de carne a la ruta!!!!
¿Están haciendo paro? ¿Y los containers que se siguen exportando cómo llegaron hasta la aduana? ¿En subte?
¿Les molesta que el ESTADO INTERVENGA en su renta? ¿Pero por qué no hacen reclamos cuando les subsidia el gasoil para las máquinas?

Si los efectos de las acciones del 20% más rico de la Argentina, perjudican al 80% de la población, empujando aumentos en los alimentos, instalando en los medios la necesidad de un Estado cada vez más débil para que ellos puedan seguir siendo cada vez más fuerte, esto no es el Campo VS el Gobierno. Es contra la mayoría de nosotros.

No se trata de defender a ultranza a un gobierno. Se trata de defender nuestros propios intereses.

La única salida es la acción y participación. Con lo posible por lo ideal

Yo no lo entiendo ¿Vos?

15/06/08
Yo no lo entiendo ¿Vos?Acoyte y Rivadavia. Sábado cinco y media de la tarde. Cuarenta personas, más o menos, aplauden, unos pocos, de esos pocos, golpean cacerolas, otros sostienen carteles que dicen ESTAMOS CON EL CAMPO Y LA REPUBLICA ARGENTINA. No los entiendo.¿Por qué la gente de clase media que no tiene campos sale a defender a cierto sector del campo, que es el más poderoso? ¿Por qué salen a defender los intereses y el bolsillo de los más ricos del país? Me parece fantástico que la clase media tenga una actividad participativa que hace muchos años no tiene, pero¿Por qué no salieron a protestar cuando el jefe de gobierno porteño, elegido, por voto popular, por un 60% de la población, les subió los impuestos de ABL? ¿Por qué no salieron a protestar cuando el jefe de gobierno porteño les quiere dar un premio de 30.000 pesos, lo que la mayoría no gana en un año, a sus ministros por hacer bien su trabajo? Que para eso están, dicho sea de paso.¿Por qué cuando le tocan su bolsillo no protestan? ¿Por qué defienden a los que generan, con sus medidas “de protesta” un proceso inflacionario y de inflación que sí toca su bolsillo? ¿O será que todavía tienen tela para seguir pagando los aumentos de precios? ¿Y esa capacidad de poder seguir sosteniendo el consumo a pesar de la inflación, la tienen de hace mucho tiempo?¿Por qué no pueden analizar que las decisiones que toman los señores del campo repercuten en su vida diaria?¿Por qué se acuerdan del pasado de los funcionarios del gobierno pero no les interesa el pasado de los de la Sociedad Rural?¿Por qué la Iglesia que se acuerda de los pobres para pedir, no le pidió a los del campo que no tiren más de siete millones de litro de leche, habiendo tanta gente con hambre?¿Por qué un tipo puede tirar tanto alimento si le importa la gente?¿Por qué ahora piden que las fuerzas de seguridad no repriman cuando hay un corte de ruta? ¿Alguno recuerda un corte de ruta de los pobres de más de 24 horas?¿Por qué el comandante de gendarmería le pide por favor a De Angelis que despeje la ruta y el showman ese dice “que me vengan a sacar los ministros y la presidenta”?¿Alguien se acuerda de un representante de las fuerzas de seguridad pidiendo por favor?¿Por qué pedían cárcel para D´Elía cuando, luego del asesinato de un compañero, tomaron una comisaría, y hoy no escuché a nadie pidiendo cárcel para los ruralguita que le pegaban a los gendarmes, a quienes no defiendo?¿Por qué TN manda a un periodista que en off dice que la gendarmería usa la fuerza, cuando impide que un tipo se tire en medio de la ruta para continuar con un corte que el poder judicial había mandado a levantar?¿Por qué ahora los abanderados de la institucionalidad no salen a decir que es correcto que en un estado democrático se respete la orden de un Juez?¿Por qué gendarmería a estos los saca de la ruta pidiéndoles por favor y a los pobres a los tiros y con gases lagrimógenos?¿Por qué Macri, Carrio, la UCR no salieron, ellos los abanderados de las instituciones, a pedir que se respeto el derecho a la libre circulación que por más de 100 días viene afectando el derecho al alimento?¿Por qué la gente no se acuerda que el bautismo del gobierno que Carrió defendía y por el cual militó fue la represión de maestros en Entre Ríos? Y pregúntenle a Storani si se acuerda del premio que le dio Bonasso por eso.¿Por qué los defensores de la democracia no salen a pedir que se respete a un gobierno popular, en tanto lo eligió más del 50% de la población?¿Por qué se defiende a “los pequeños productores” que tienen cien hectáreas? ¿Cuánto tienen los grandes si estos son los pequeños?¿Por qué no escucho a la gente que “paga sus impuestos” reclamar cuando los pequeños productores se alistan como monotributistas?La mayoría de la gente que escuché criticar al gobierno por el conflicto del campo la información que maneja es la de los titulares de diario, con suerte, o lo que escucharon en la tele o en la radio. La mayoría ante un tema tan complejo maneja una información muy vaga. La despolitización de la clase media argentina es muy preocupante. Por eso se producen fenómenos como este.Y por último, mi más sincera y querida despedida a Bernardo. Se murió de un paro. De este. Jamás creyó que algo que tanto repugnó, como los paros, puedan ser implementado por los que tanto defendió.